Aunque el tema más sonado tras la primera ronda del TLCAN fueron los autos, aparatos como computadoras, celulares, televisores y refrigeradores son el principal motor de las exportaciones mexicanas.
En 2016, el 35 por ciento de las ventas al exterior del país se generaron en las industrias relacionadas con la manufactura de estos productos, mientras que el 25 por ciento fue en la automotriz, según datos del Banco de México.
México exportó 132 mil millones de dólares en electrónicos, material y equipo eléctrico, electrodomésticos y otra maquinaria, mientras que de la industria automotriz y de autopartes exportó casi 94 mil millones.
"En México el 90 por ciento de su exportación son manufacturas, dentro de ese porcentaje, el 30 por ciento es automotriz. En el resto ya entran muchos productos, la parte electrónica, la parte de línea blanca y luego todas las manufacturas en general", dijo Fernando Ruiz, director del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología.
Los datos de Banxico señalan que lo que más exporta el país en este rubro es equipo de cómputo, con 20 mil 560 millones de dólares en 2016, seguido de aparatos de telefonía, con 16 mil 480 millones y receptores de televisión, con 13 mil 347 millones.
La mayoría de estas manufacturas se dirige a EU, donde México es el segundo proveedor después de China, aunque en algunos segmentos como televisores figura en primer lugar, según datos del Departamento de Comercio estadounidense.
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Favorecerían reglas de origen
Ante estos datos, expertos coincidieron en que América del Norte puede desarrollar el potencial para hacerle frente a Asia y erigirse como un hub regional líder en manufactura y desarrollo de este tipo de tecnologías, si es que los tres países se enfocan en revisar las reglas de origen del sector.
Y si bien las fuentes consultadas ven posibilidades de elevar algunas reglas de origen en esta modernización del TLCAN, como Estados Unidos ha sugerido que busca hacer, también coincidieron en que si se va a caminar en esta dirección, entonces debe hacerse con mucho cuidado y acompañando esta decisión de diversas medidas.
El tema radica en que la mayor parte de los componentes son importados de Asia, debido a que esa región tiene una cadena de proveeduría muy desarrollada, que opera en el mundo a precios competitivos y ayuda a que las empresas que ensamblan en el país adquieran componentes a buen precio. Elevar las reglas de origen propiciaría que parte de esos componentes que hoy se importan se fabriquen en México, lo que reduciría las importaciones.
César Castro, vicepresidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index) de Occidente, dijo que reforzar las reglas de origen del sector es posible sólo si se dejan periodos largos para que los países del bloque puedan desarrollar la proveeduría antes de que las nuevas reglas entren en vigor.
Indicó que el tiempo de transición resulta crucial, pues muchos de estos productos electrónicos tienen reglas de contenido bajas, que pueden ir entre el cinco y el siete por ciento. Una propuesta, dijo, podría ser que a partir del quinto año de la entrada en vigor del nuevo TLCAN se eleve cinco por ciento anual hasta llegar al 51 por ciento.
Innovación y tecnología, el reto de México
Los países del TLCAN deben iniciar una política integral que toque aristas como educación, inversión e incentivos fiscales, si es que se decide elevar las reglas de origen, recomendó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico.
Con ello se lograría acelerar la industrialización del bloque en el sector manufacturero. Sin embargo, si se llegara a optar por este camino, México tendrá un gran trecho que cubrir en cuanto a innovación y tecnología, pues si bien la propuesta de elevar las reglas es positiva, el desafío para México es su rezago en innovación y generación de patentes. "El desafío es cómo se eleva de manera acelerada este tipo de procesos en México para poder aprovechar estos aspectos de la renegociación", dijo.
El peligro de elevar la regla de origen sin hacer un análisis minucioso es que los productores podrían optar por mejor pagar aranceles y seguir importando componentes de Asia debido a su menor costo, dijo Manuel Molano, director del IMCO.