México se mantuvo en el sitio 51 por segundo año consecutivo en el Índice de Competitividad Mundial del Foro Económico Mundial (WEF), ante la mala perspectiva de sus instituciones que impiden progreso en la competitividad del país junto con el lastre de la corrupción.
De los 12 pilares que el WEF analiza en el tema de competitividad con una menor eficiencia en el gasto del Gobierno; pero también las instituciones privadas empeoraron con deterioro en la ética corporativa y responsabilidad.
"El ranking de México en nuestro pilar de Instituciones realmente se invierte en 2017, baja 7 lugares al 123 -arrastrado por una serie de factores, incluyendo la confianza del público en los políticos; la desviación de fondos públicos (127) y el favoritismo de funcionarios públicos (129)", señala el reporte.
Como cada año, el pilar mejor calificado es el de Tamaño del Mercado, con una población de más de 122 millones de habitantes, ocupó el sitio 11 con 5.7 puntos.La corrupción sigue presente como el lastre para hacer negocios en el país, según señalaron los empresarios encuestados para la Encuesta de Opinión de Ejecutivos 2017; seguida del crimen y amenaza y la ineficiencia de la burocracia gubernamental.
El marcado de México fue de 4.4 puntos, igual que el año anterior. Esta estabilidad indica que el país ha continuado haciendo progreso pero a una velocidad más lenta que otros países.
"Después de significativos esfuerzos para implementar reformas que mejoren la eficiencia, el lento progreso este año muestra señales de la necesidad de incrementar la velocidad y profundidad de las reformas que mejorarán la asignación de factores de producción y las fuerzas competitivas que generarán innovación", advierte el documento.
Innovación y sofisticación de negocios a la baja
Dos de los pilares de mejor desempeño de México, la sofisticación empresarial y la innovación bajan este año, en cuatro y un lugar para ubicarse en 49 y 56, respectivamente.
La innovación se ha visto apoyada con aspectos como la calidad de la investigación científica de las instituciones, pero limitado por el nivel del gasto de las compañías en Investigación y Desarrollo en donde ocupó el lugar 77 del total.
Aunque por la sofisticación de los negocios alcanzó a entrar en el Top 50 gracias a aspectos como la amplitud de las cadenas de valor y el estado de desarrollo de clusters; hubo un debilitamiento en la naturaleza de la ventaja competitiva generada.
Esta edición 2017-2018 del índice pone atención en tres de los principales retos para el progreso económico: las vulnerabilidades financieras que amenazan la competitividad y la habilidad de la economía para financiar la innovación y la adopción de tecnología; el que las economías emergentes están mejorando en innovación, pero aún pueden hacer más difundir los beneficios; y en tercer lugar, la flexibilidad del mercado de trabajo y la protección de los trabajadores como elementos necesarios para la competitividad y la prosperidad compartida en la Cuarta Revolución Industrial.
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