Economía

No hay recetas únicas, pero sí hay historias exitosas

En 30 años, 13 economías mundiales tuvieron un crecimiento promedio de 7 por ciento, gracias a que estuvieron abiertas y mantuvieron la estabilidad macroeconómica, ejemplo y estrategia que México podría repetir.

CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque no hay recetas únicas para alcanzar mayores tasas de crecimiento que además sean sostenibles en el largo plazo, México podría repetir la estrategia de 13 países que en casi 30 años tuvieron un crecimiento promedio de 7 por ciento, gracias a que eran economías abiertas al mundo y mantuvieron la estabilidad macroeconómica.

Además, consiguieron altas tasas de ahorro e inversión; dejaron que el mercado asignara los recursos y tuvieron gobiernos comprometidos, confiables y capaces, dijo Joost Draaisma, economista principal del Banco Mundial para México.

César Armando Salazar, coordinador de análisis del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, señaló que más allá de las reformas, se requiere una política industrial con mayor otorgamiento de crédito y una participación verdadera de la banca de desarrollo.

Consideró que sería favorable modificar el mandato del Banco de México (Banxico) para que sea responsable del nivel de precios, el crecimiento económico y el empleo. "Para dar más solidez al mercado interno podría ampliarse el rango de la meta de inflación de Banxico; para permitir mayores salarios y mantener su crecimiento real", añadió.

Gerardo Esquivel, académico del Colegio de México, expuso que una política deliberada de aumento en los salarios reales y de fortalecimiento del poder de compra de los salarios mínimos ayudaría a ese fin. "No implica aumentar los salarios reales por decreto, sino liberar la camisa de fuerza que impone discretamente el gobierno en las negociaciones salariales que han impedido que los avances en productividad, que sí los ha habido, se trasladen a los salarios".

Germán Rojas, director de la carrera de Economía del ITAM, indicó que para crecer más y sostenidamente se requiere una profunda reforma fiscal que ayude a que las empresas e individuos sean más eficientes; y un mayor gasto público productivo, "donde cada peso gastado tenga grandes repercusiones".

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