Javier Eduardo Guzmán Calafell, subgobernador del Banco de México (Banxico), votó en la última reunión de política monetaria del organismo por mantener la tasa de interés en 8.25 por ciento actual.
De acuerdo con las minutas de la última reunión de la Junta de Gobierno publicadas este jueves, el resto de los miembros votó por bajarla.
En las dos juntas anteriores, el subgobernador Gerardo Esquivel fue el disidente del Banxico, al diferir en dos ocasiones con el tono restrictivo del comunicado del organismo y en otra con su voto.
El Banco Central recortó la semana pasada la tasa de interés por primera vez en más de 5 años. Bajó el referencial, que se encontraba en un máximo histórico de 8.25 por ciento, en 25 puntos base.
"A mi juicio, el efecto combinado de diversos factores hace inconveniente relajar la postura de política monetaria", dijo Guzmán Calafell.
Como primer punto, destacó que aunque la inflación general ha disminuido, su componente subyacente, que refleja con mayor precisión las presiones inflacionarias, se ha mantenido elevado durante un periodo prolongado y no muestra indicios de reducción.
Además, indicó que no se cuenta aún con información sobre la política fiscal para 2020, "insumo fundamental para la conducción de la política monetaria".
Como tercer punto señaló que "la disminución de la tasa de referencia implica sorprender al mercado, lo que da lugar al riesgo de una reacción adversa y de hacer confusa la política de comunicación del Instituto Central".
Agregó que en el entorno de "elevada incertidumbre externa e interna", y en el que la percepción de riesgo país se ha incrementado, el organismo debe extremar precauciones en virtud del riesgo de "turbulencia" en los mercados financieros.
"Es preferible mantener inalterada la tasa de referencia y enviar simultáneamente la señal de que al disiparse algunos factores de incertidumbre y con un mejor balance de riesgos, escenario probable, el Banco Central tendría bases más firmes para provechar los consecuentes márgenes de maniobra, inclusive en el muy corto plazo".
En las minutas, la mayoría de los miembros de la junta mencionaron que las expectativas de crecimiento para este año se han revisado a la baja.
Además, todos los miembros señalaron que, en un entorno de marcada incertidumbre, el balance de riesgos para el crecimiento continúa sesgado a la baja. Algunos puntualizaron que el crecimiento está sujeto a riesgos externos e internos, como la posibilidad de retrasos en la ratificación del T-MEC, el riesgo de que se presenten nuevas amenazas de imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a México o que se complique la relación bilateral entre ambos países.
En cuanto a los riesgos internos, la mayoría destacó la persistencia del ambiente de incertidumbre que ha impactado a la inversión privada, derivado de decisiones de políticas públicas de la nueva administración y de preocupaciones por la inseguridad y corrupción.
Además, la mayoría expresó que las expectativas de inflación a diferentes plazos provenientes de encuestas y de los mercados financieros han permanecido "relativamente estables", si bien en niveles superiores a la meta de 3 por ciento.
La inflación anual en México se ubicó en 3.78 por ciento en julio, su menor nivel en dos años y medio, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).