La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), estima un repunte del PIB de México de 4 por ciento en 2021, un punto porcentual por arriba de su previsión dada a conocer en septiembre pasado.
Sin embargo, la agencia advirtió de un riesgo a la baja por una postura fiscal más estricta por parte del Gobierno.
La UNCTAD atribuyó el posible crecimiento de la economía mexicana al impulso por parte de Estados Unidos y a la tendencia al alza de los precios del petróleo.
"En México, que contrajo un poco menos de lo que esperábamos en 2020 gracias a un choque más leve en Estados Unidos, el riesgo a la baja es una postura fiscal aún más estricta que la del año pasado", expuso en su actualización del Informe sobre el Comercio y el Desarrollo presentado en septiembre pasado.
La economía de México se verá favorecida, junto con Canadá, del desempeño que logre la economía estadounidense para la que se estima un repunte del PIB de 4.5 por ciento en 2021, tras la aprobación del paquete de 1.9 billones de dólares en estímulos.
"En 2020, el Gobierno mexicano adoptó una respuesta presupuestaria neutral al COVID-19, y ahora parece estar preparado para endurecer la política fiscal en 2021. Por lo tanto, el crecimiento de los ingresos de México dependerá más de una recuperación duradera en Estados Unidos y de los precios del petróleo no cayendo", expuso la UNCTAD.
El informe reconoce que países como Perú, Colombia y Chile se recuperarán más en este año que México, Brasil y Argentina, debido al impacto de altos precios de materias primas y, en el caso de Chile, a una campaña de vacunación más rápida y el levantamiento de las reglas de distanciamiento social.
Economía mundial crecerá 4.7% en 2021
El impacto del paquete de estímulos aprobado por el gobierno de Estados Unidos y sus efectos colaterales en otros países, permitieron a la UNCTAD mejorar sus estimados para el crecimiento del PIB de la economía mundial a 4.7 por ciento en 2021 desde un previo de 4.1 por ciento previsto en septiembre del año pasado.
"Sin embargo, este escenario más optimista depende de tres supuestos: la mejora de la vacunación y la contención de enfermedades en los países de ingresos medianos y avanzados; una rápida transición de las políticas de ayuda económica a las políticas de recuperación en las economías más grandes del mundo; y la ausencia de un colapso financiero de importancia mundial", advirtió.
Al describir 2020 como un annus horribilis, la UNCTAD reconoció que las cosas podrían haber sido peor, pero la combinación de medidas preventivas por parte de los bancos centrales, paquetes de ayuda rápidos y significativos en los países avanzados, la recuperación de flujos de capital y de los precios de las materias primas, y el acelerado ritmo de desarrollo de vacunas ayudaron a evitar que la espiral deflacionaria ganara vigor.
Sin embargo, la pérdida de la producción mundial en 2020 con respecto a la tendencia previa a la pandemia significó la destrucción de ingresos en un estimado de 5.8 billones de dólares.
"Esta pérdida persistirá, ya que incluso las proyecciones más optimistas de recuperación del crecimiento no cubrirán el déficit de ingresos durante varios años", advirtió.
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