Economía

Esta fue la teoría de las subastas que ganó el Premio Nobel de Economía

Los expertos estadounidenses Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson han realizado diversos estudios en la materia, señaló la Academia Real Sueca de las Ciencias.

Los estadounidenses Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson ganaron el lunes el premio Nobel de Economía por "mejoras en la teoría de subasta y la invención de nuevos formatos de subasta".

"Su trabajo nos ha permitido construir mejores subastas. Los formatos de subasta que han inventado pueden aplicarse en entornos complejos en beneficio de sociedades de todo el mundo", dijo a El Financiero, Peter Fredriksson, presidente del Comité del Premio de Ciencias Económicas de la Real Academia Sueca de Ciencia.

Para Eva Mörkm, también miembro del comité, existe una relación entre el trabajo de los galardonados con el premio y el apoyar la recuperación de la economía global golpeada por la pandemia, pues "las subastas pueden ayudar a lograr una asignación eficiente y esto se vuelve aún más importante en tiempos de dificultades económicas", dijo en exclusiva.

Sus descubrimientos han beneficiado a los vendedores, compradores y contribuyentes de todo el mundo", indicó el Comité del Nobel, señalando que los formatos de subastas desarrollados por los ganadores se han utilizado para vender frecuencias de radio, cuotas pesqueras y derechos de aterrizaje en aeropuertos.

Los ganadores fueron anunciados en Estocolmo por Goran Hansson, secretario general de la Academia Real Sueca de las Ciencias.

"Su investigación es importante porque nos ayuda a comprender cómo los detalles de las reglas de un mercado afectan el resultado comercial. Nos ha permitido comercializar productos complejos de formas mucho mejores que antes", apuntó a este medio Tore Ellingsen, otro de los cinco miembros del comité encargado de examinar las nominaciones y seleccionar a los candidatos finales.

Robert Wilson desarrolló la teoría de las subastas de objetos con un valor común, un valor que es incierto de antemano pero, al final, es el mismo para todos. Los ejemplos incluyen el valor futuro de las frecuencias de radio o el volumen de minerales en un área en particular.

"Wilson mostró por qué los postores racionales tienden a colocar sus ofertas por debajo de su mejor estimación del valor común: están preocupados por la maldición del ganador, es decir, por pagar demasiado y perder", señaló la Academia Sueca de Ciencias.

Paul Milgrom formuló una teoría más general de las subastas que no solo permite valores comunes, sino también valores privados que varían de un postor a otro.

"Analizó las estrategias de licitación en varios formatos de subasta conocidos, demostrando que un formato le dará al vendedor mayores ingresos esperados cuando los postores conozcan más sobre los valores estimados de los demás durante la licitación", detalló.

Milgrom y Wilson inventaron nuevos formatos para subastar muchos objetos interrelacionados simultáneamente, en nombre de un vendedor motivado por un amplio beneficio social en lugar de los ingresos máximos.

En 1994, las autoridades estadounidenses utilizaron por primera vez uno de sus formatos de subasta para vender frecuencias de radio a operadores de telecomunicaciones. Desde entonces, muchos otros países han seguido su ejemplo.

"Los galardonados en Ciencias Económicas de este año comenzaron con la teoría fundamental y luego utilizaron sus resultados en aplicaciones prácticas, que se han extendido por todo el mundo", dijo el presidente del Comité del Premio.

En declaraciones telefónicas a periodistas en Estocolmo tras conocer su victoria, Wilson tuvo problemas para recordar una subasta en la que hubiera participado. Pero después añadió: "Mi esposa señala que compramos botas de esquí en eBay. Supongo que esa fue una subasta".

El premio del año pasado fue a dos investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts y un tercero de la Universidad de Harvard por su rompedora investigación sobre los esfuerzos para reducir la pobreza global.

El reconocimiento, que lleva el nombre oficial de Premio Sveriges Riksbank en la Ciencia Económica en Memoria de Alfred Nobel, se estableció en 1969 y está ampliamente considerado como uno de los premios Nobel.

El importe del premio de 10 millones de coronas suecas (más de un millón de dólares) en efectivo y una medalla de oro se repartirá a partes iguales entre Paul R. Milgrom, nacido en 1948 en Detroit; y Robert B. Wilson, nacido en 1937 en Ginebra, Estados Unidos.

El primero es doctor por la Universidad de Stanford y el segundo tiene el mismo grado pero en la Universidad de Harvard en Cambridge.

El premio cierra una semana de galardones anunciados mientras buena parte del mundo sufre la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial por el impacto de la pandemia del coronavirus.

El Comité del Nobel concedió el lunes pasado el premio de Medicina por el descubrimiento del virus causante de la hepatitis C. El martes se anunció el Nobel de Física por logros en la comprensión de los misterios de los agujeros negros y el miércoles se anunció el premio de Química a dos científicas responsables de una poderosa herramienta de edición genética.

El premio de Literatura se concedió a la poetisa estadounidense Louise Glück el jueves, mientras que el Programa Mundial de Alimentos ganó el Nobel de la Paz el viernes por sus esfuerzos por combatir el hambre en el mundo.

Caóticas subastas médicas

La pandemia evidenció la desorganización de los sistemas de subastas en todo el mundo, al menos en materia de insumos para la salud, coincidieron Wilson y Milgrom, en conferencia de prensa.

"Al principio de la pandemia hubo una terrible desorganización en la asignación, por ejemplo, de los respiradores, donde los estados competían por ellos simplemente por los precios mientras se estaban creando más respiradores, pero pusimos bajo tensión al sistema médico y a los mercados. En tiempos de crisis, no solo no queremos que los precios suban, sino que la asignación de los recursos sea eficiente", dijo Milgrom en el evento.

Por su parte, Wilson destacó como un aspecto positivo que se logró subastar de manera eficiente la protección para trabajadores médicos "en medio de un sistema caótico", y reconoció que en caso de una próxima emergencia, habrá que tener la experiencia sobre cómo hacer mejoras en las asignaciones.

Con información de AP

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