Economía

Pemex, en una 'burbuja': mantiene plan de subir producción y analistas ven una 'quema de dinero'

La empresa productiva del Estado se ha fijado para 2020 producir 1.87 millones de barriles por día y acelerar el desarrollo de 15 descubrimientos.

Fuera de Arabia Saudita y Rusia, la mayoría de los países productores de petróleo se están apresurando para abordar el histórico colapso del precio del petróleo reduciendo el gasto y, en algunos casos, la producción. Pero Petróleos Mexicanos (Pemex) está actuando como si el desplome nunca hubiera sucedido.

La empresa productiva del Estado apunta a casi duplicar la perforación a 423 pozos este año y acelerar el desarrollo de 15 descubrimientos recientes, pese a que los expertos dicen que muchos no son rentables a los precios actuales.

No ha anunciado cambios en el objetivo de producción que estableció en su plan comercial de cinco años de 1.87 millones de barriles por día, un alza de 11 por ciento frente a 2019, ni en la inversión en exploración y producción de 270 mil millones de pesos (11 mil 100 millones de dólares).

A nivel mundial, se espera que la industria del petróleo y gas recorte en 100 mil millones de dólares sus gastos de exploración y producción, lo que representaría un descenso de 17 por ciento en 2020, según la consultora Rystad Energy.

En tanto, Petrobas y la colombiana Ecopetrol redujeron drásticamente el gasto de capital. La petrolera brasileña llegó incluso a cerrar la producción no rentable de 200 mil barriles diarios en un país con poca capacidad de almacenamiento.

"Si ese es el camino que se desea seguir en este escenario, seguramente se gastará efectivo", consideró Ruaraidh Montgomery, director de investigación de la consultora petrolera Welligence. "Petrobras se maneja genuinamente como una entidad independiente que está ahí para generar ganancias, pero con Pemex, la prioridad del Gobierno es el crecimiento de la producción".

Mientras refinerías de todo el mundo están recortando la producción en medio del desplome del consumo de combustible, Arabia Saudita y Rusia están 'desatando' millones de barriles de exceso de crudo en una batalla por la participación de mercado. En este contexto, el crudo Brent de referencia mundial registró su peor trimestre de la historia.

México forma parte de la OPEP+, que se reunirá el próximo jueves para intentar estabilizar el mercado petrolero, pero hasta el momento el país no ha ofrecido reducir su producción como parte de la iniciativa.

El desafiante enfoque de Pemex ante la crisis del petróleo coincide con el manejo de la pandemia global que ha mostrado el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien pasó semanas minimizando los riesgos del COVID-19 para la salud y tardó en implementar medidas de contención por temor a las consecuencias para la economía. El mandatario no ha mostrado señales de renunciar a una estrategia de cambio para la compañía petrolera nacional con problemas de liquidez.

Si bien Pemex anunció medidas de control de costos antes de que el mercado del petróleo se derrumbara, los analistas consideran que no son suficientes. Pemex tendrá este año un flujo de caja negativo de 20 mil millones de dólares, eso si el petróleo se cotiza en 30 dólares por barril, apuntó Anne Milne, estratega de Bank of America.

Los inversionistas temen que Moody's pueda rebajar los bonos de Pemex al grado especulativo después de que Fitch Ratings los bajará a inicios de este mes hacia ese nivel, y que S&P hizo lo propio en marzo.

Se espera que México obtenga ganancias en su cobertura anual del precio del petróleo, la más grande de su tipo, que para 2020 logró obtener un precio de 49 dólares por barril y generalmente cubre entre 200 millones y 300 millones de barriles. La cobertura de Pemex es mucho más pequeña, con poco más de 85 millones de barriles para 2020. El domingo, López Obrador dijo que reduciría la carga impositiva de Pemex en 65 mil millones de pesos adicionales (2 mil 700 millones de dólares)

La mayor parte de los fondos del Gobierno asignados a Pemex han sido para la construcción de una refinería de 8 mil millones de dólares en Tabasco, el estado natal de López Obrador, incluso pese a que la demanda mundial de combustible disminuye y otros proyectos en todo el mundo se detienen. Incluso antes de la crisis económica de 2020, la refinería fue ampliamente criticada por no ser rentable y estar políticamente motivada. Y fuera de los dos campos marinos más grandes de México, la rentabilidad es cuestionable.

López Obrador quiere darle a Pemex un mayor control sobre el territorio petrolero de México y ha suspendido las subastas competitivas. Su objetivo es revitalizar la producción nacional que ha caído durante 15 años consecutivos y disminuir la dependencia de México de los combustibles importados, así como reducir la deuda de Pemex de más de 100 mil millones de dólares, la más alta de todas las grandes petroleras.

Más de la mitad de la producción de la firma mexicana no es rentable a 30 dólares por barril, señaló Montgomery, de Welligence. Lo que debe hacer Pemex es enfocarse en el control de costos, ser más eficiente y proteger su balance general al no gastar dinero en crecimiento en aras del crecimiento, agregó.

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