Petróleos Mexicanos (Pemex) espera una caída drástica en las exportaciones de petróleo en los próximos tres años a medida que la compañía se enfrenta a los desafíos de una disminución de la producción y suministrar crudo a una controvertida refinería nueva de ocho mil millones de dólares promovida por el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador.
La petrolera estatal pronostica una reducción de casi 70 por ciento en las exportaciones de su crudo pesado insignia conocido como Maya entre 2021 y 2023, según dos personas familiarizadas con la situación. Espera que las exportaciones de crudo Maya se reduzcan a casi la mitad entre el próximo año y 2022, y que disminuyan nuevamente entre 2022 y 2023, dijeron las personas, que pidieron no ser identificadas porque la información no se ha hecho pública.
Un representante de Pemex no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
López Obrador llegó al poder en diciembre de 2018 con la promesa de rescatar a Pemex al retrasar las reformas energéticas de 2013-2014 de su predecesor, que habían puesto fin al monopolio de casi ocho décadas de la compañía. También se ha comprometido a aumentar la producción nacional de combustible para reducir la dependencia a las importaciones de gasolina, que representan aproximadamente 65 por ciento de lo que Pemex vende en México.
En el corazón de esta política se encuentra una nueva refinería que procesará crudo Maya. Las seis refinerías existentes en México combinan Maya y un crudo doméstico más ligero, el Istmo. La nueva planta que se está construyendo en el estado natal del presidente, Tabasco, tendrá capacidad para procesar 340 mil barriles de petróleo por día.
Algunos críticos consideran que el cronograma para terminar la refinería de Dos Bocas en 2023 es demasiado ambicioso. Las seis plantas que actualmente operan lo hacen a solo un tercio de su capacidad y registran pérdidas adicionales cuando producen más gasolina.
Pemex reinició las exportaciones de crudo Istmo en diciembre después de no hacerlo durante un año y medio. Pero las exportaciones de crudo de grados más pesados han caído a medida que Pemex lucha por revertir 15 años consecutivos de bajas de la producción. En julio, la compañía exportó 888 mil barriles de crudos pesados, incluidos Maya, Altamira y Talam, una caída de 23 por ciento respecto al año anterior. Maya representó casi 80 por ciento del crudo de los envíos de Pemex en agosto, según datos compilados por Bloomberg.