El equipo económico del presidente Donald Trump dice que no estará satisfecho hasta que los trabajadores estadounidenses ganen más, y que para ello se requiere recortar los impuestos considerablemente.
Pero ahora que el desempleo se encuentra en su tasa más baja desde antes de la crisis financiera, la economía más grande del mundo puede estar ya acercándose a la máxima velocidad. Eso significa que un gran impulso fiscal resultante de cambios en los impuestos podría elevar la inflación a niveles que harían que la Reserva Federal subiera las tasas de interés más rápido de lo previsto. Si eso ocurre, las ambiciosas metas de crecimiento de Trump podrían verse comprometidas.
Actualmente la tasa de desempleo es de 4.4 por ciento, después de que los patrones de EU contrataron más trabajadores de lo esperado en abril. Pero los salarios subieron sólo 2.5 por ciento respecto al año anterior. En una entrevista el pasado viernes con Bloomberg TV después de que las cifras fueran publicadas, el asesor de la Casa Blanca, Gary Cohn, dijo que la administración quiere que los salarios suban más rápido.
"Lo estamos haciendo bien, pero los datos nos muestran que los trabajos no pagan tanto", dijo Cohn, director del Consejo Económico Nacional. "Necesitamos recuperar los empleos de manufactura que pagan mucho", agregó.
Cohn, junto con otros funcionarios de la administración, dicen que sus planes para revisar el sistema tributario, reducir la burocracia regulatoria y negociar mejores acuerdos comerciales convencerán a más empresas a permanecer o regresar a EU. Dicen que estas medidas ayudarán a impulsar el crecimiento económico a tres por ciento en dos años, tasa que no se veía en términos anuales desde hace más de un década.
La pregunta es si la economía de EU es capaz de crecer a ese nivel sin sobrecalentarse, dicen los economistas. Y los escasos detalles incluidos en el plan fiscal de la administración Trump de la semana antepasada están generando incertidumbre sobre cuánto crecimiento pueden desencadenar los recortes realmente.