El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, admitió que las finanzas públicas resultarían afectadas por la caída en la recaudación de impuestos a partir de abril, como consecuencia de la emergencia sanitaria, pero consideró que esto no debe ser castigado por las calificadoras, cuando hay países industrializados que gastan hasta 20 por ciento de su PIB en planes de estímulo.
En entrevista, expuso que en estos días hay temas más preocupantes que la propia calificación, por ejemplo, cómo se reactivará la economía de manera inmediata.
Sin comprometer alguna facilidad fiscal para las empresas, sostuvo que las autoridades del país sí escuchan a los empresarios y mantienen un diálogo constante con sus representantes.
Sobre el tema de los remanentes del Banco de México (Banxico), reconoce que se deberá esperar hasta el próximo año para disponer de los recursos, en caso de que los hubiera.
¿El recorte en la exportación de 100 mil barriles de petróleo diarios de qué forma afectará a las coberturas o los ingresos fiscales?
No, las coberturas tienen para nosotros bien la parte de los ingresos federales, el país está siendo más afectado, no tanto por la disminución en el volumen que se está exportando, sino por la disminución en el precio del petróleo.
¿Cómo viene la recaudación de impuestos?
Si mal no recuerdo se captaron en marzo alrededor de 376 mil millones de pesos de ingresos tributarios (un incremento nominal de 35.7 por ciento respecto de igual mes de 2019), pero todavía no tenemos la cifra final, ésta se envía a fines de mes en un informe a la Cámara de Diputados, entonces nos toma algunas semanas consolidarla.
Tampoco es de extrañar que suba la recaudación porque el cierre formal de la economía empezó el 1 de abril, entonces lo que veníamos recaudando a marzo todavía estaba en gran medida fuera del periodo cuarentena.
¿En la medida que se vaya desacelerando la economía y se entre a la recesión caerá la recaudación?
La recaudación caerá de manera natural, vamos a ver cuál es el monto; si los restaurantes están cerrados no hay consumo, ahí por lo tanto no hay IVA que se esté generando ni tampoco el ISR.
¿La caída en recaudación les generaría problema para cuadrar la relación deuda PIB que tanto preocupa a las calificadoras?
Yo no sé si las calificadoras en este momento están preocupadas por eso, un gran número de países están anunciado programas de estímulo, por ejemplo, en Europa hemos visto programas que representan un endeudamiento de 20 por ciento del PIB.
Ahí, la parte de la deuda de nosotros que está en dólares, un 28 por ciento del total, sí es la que cambia al depreciarse el tipo de cambio; el resto, lo que está autorizado de endeudamiento neto por el Congreso, no va a cambiar.
La encuesta de BofA dice que 23 por ciento de inversionistas estima que México perdería el grado de inversión en este año y 60 por ciento lo espera en 2021. ¿Hacienda tiene un plan de reacción inmediata por si esto ocurriera?
Un elemento central para las inversiones es la calificación, pero hoy parecería que hay temas más preocupantes que la propia calificación. Considero que el tema más importante es cómo reactivamos la economía de manera inmediata, y ahí hay un elemento que era central en nuestra estrategia, que por la coyuntura no lo podemos activar, es el impulso a la inversión extranjera a través del nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Hay dos elementos que están jugando en la misma dirección, antes de que empezara la crisis del COVID-19, el tema más preocupante era el conflicto comercial entre Estados Unidos y China, el cual hacía prever que alguna de las cadenas de valor buscaran ubicarse en algún otro lado y uno de los lugares naturales es México, primero porque hay certeza, porque ya se tiene firmado el T-MEC y porque la pandemia empezó en China.
Muchas inversiones que estaban localizadas en ese país asiático, en el momento en que empezó la pandemia, sufrieron una fractura de cadenas de valor, y hay muchas empresas que piensan que algo inteligente que hacer es diversificar sus inversiones, para que si llegara a pasar una situación extrema como la que estamos viendo hoy, no se detuviera la cadena de valor en un solo lugar.
Todo esto hace presuponer que México estaría bien posicionado para captar muchas de estas inversiones.
Ahora no van a llegar por sí solas, hay que buscarlas y tratar de encontrar cuáles son los términos que necesitan, hay que explicar qué es lo que el país ofrece, pero para hacer eso se requiere que salgamos del proceso de cuarentena y que nuestros funcionarios estén en posibilidades de tocar base de manera personal con los empresarios.
¿Qué acordaron sobre los remanentes del Banco de México esperados para 2020, porque la ley dice que debe ser hasta el próximo año cuando se deben entregar?
En realidad no había mucho que acordar, porque el proceso de ley es muy claro. Lo que hay que esperar es al fin del año fiscal, hasta el último día de diciembre para ver en qué valor se encuentra el peso mexicano, que es lo que determina si puede haber un remanente operativo o no.
Pero más aún, los estados financieros deben ser auditados por una empresa externa, por ello el remanente se entrega en abril. Yo estuve presente en la reunión y fue extraordinariamente constructiva y cordial entre el presidente y el gobernador del Banxico.
¿Acordaron alguna otra forma de ayuda por parte de Banxico?
Hay muchas medidas que el Banxico ha estado pensando con nosotros, puedo decir tres o cuatro, que ya hemos implementado de manera conjunta; una fue la subasta de coberturas cambiarias; otra fue la utilización de la línea de Swap que se tiene con el banco de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Banxico disminuyó el encaje legal que tenían los bancos comerciales y los bancos de desarrollo y esto liberó cerca de 50 mil millones de pesos para que los bancos puedan prestar. Casi cada semana estamos aprobando alguna medida que ayude a la economía.
Los empresarios sienten que no los han escuchado, piden facilidades para el pago de impuestos en parcialidades, no tanto que se les condone, ¿se estaría pensando en un apoyo de este tipo?
Nosotros hemos pensado en muchos tipos de apoyo y tengo conversaciones con ellos todos los días, con distintos tipos de empresarios, incluyendo los dirigentes de algunas de las cúpulas más importantes y hay una serie de cosas que ya hemos destacado.
Por ejemplo, a través de una medida que es muy sencilla, la flexibilización del marco contable permitimos que las empresas y personas reestructuraran sus créditos sin que tuvieran que pagar ni el principal ni los intereses por los próximos tres meses; a través del Infonavit se va a permitir que los trabajadores que pierdan su empleo, el Instituto absorberá tres meses el pago de los intereses de su crédito de vivienda.
El Banco de México hizo además unas subastas de dólares para que las empresas que tuvieran financiamiento en dólares tuvieran acceso a la divisa.