Economía

¿Quién gana y quién pierde con la devaluación en Argentina?

La devaluación del peso argentino frente al dólar, tras el cese de las restricciones a la compra de la divisa estadounidense, afecta para bien o para mal a diversos sectores. 

BUENOS AIRES.- En el primer día del cese de las restricciones a la compra de dólares vigentes desde 2011 en Argentina, la divisa estadounidense cotizó a 13.95 pesos por unidad en el mercado de cambios, lo cual implicó una devaluación de la moneda local del 41 por ciento.

Un día después de que el gabinete del nuevo presidente, Mauricio Macri, anunció el fin de los límites para acceder a divisas, impuestos por la gestión anterior, la cotización del dólar saltó de los 9.84 pesos del martes a 15 pesos en el inicio de la primera jornada con mercado de cambio libre después de cuatro años.

Con el correr de las horas el precio se ubicó apenas por debajo de los 14 pesos.

Pero, ¿quién gana y quién pierde con esta devaluación?

GANAN
EXPORTADORES

Cualquier empresa que exporte seguramente estará celebrando. El gobierno de la expresidenta Cristina Fernández sobrevaluó el peso con un tipo de cambio fijo. El año pasado, esa tasa fija rondaba los nueve pesos por dólar mientras que en el mercado negro el billete verde alcanzaba hasta 16 pesos.

Dado que los mercados internacionales operan en su mayoría en dólares estadounidenses, y todos los negocios en Argentina se hacían al tipo de cambio oficial, los exportadores experimentaban un constante "recorte" en los pagos de sus productos.

PIERDEN
CONSUMIDORES


Incluso antes de la devaluación, la inflación anual se calculaba en cerca de 30 por ciento. Luego que Mauricio Macri ganó la elección presidencial del 22 de noviembre, los precios aumentaron aún más de lo normal mientras las empresas se preparaban para la devaluación.

El ministro del Exterior, Alfonso Prat-Gay, dijo el miércoles que el gobierno aspira a alentar a los negocios a mantener los precios de finales de noviembre, pero muchos argentinos se muestran escépticos.

GANAN
BIENES RAÍCES


Debido a la brecha entre el tipo de cambio oficial y el del mercado negro, las transacciones de propiedades se han tornado cada vez más difíciles en los últimos años. Los vendedores basan sus precios en dólares, pero los compradores tienen acceso limitado a la moneda estadounidense debido a los controles monetarios.

Más aún, debido a la elevada inflación de Argentina, los préstamos de propiedad son inusuales y casi siempre incluyen tasas de interés sorprendentemente elevadas.

PIERDE
MERCADO NEGRO CAMBIARIO

El intrincado sistema monetario generó una industria que empleó a miles de personas en la compraventa de divisas en el mercado negro. Por un lado se encuentran los hombres y mujeres jóvenes que operan en las zonas turísticas y ofrecen a gritos cambiar dólares. Por el otro, gente de empresas de alto rango que mueve millones de dólares en centros de cambio ilegales llamados "cuevas".

GANAN
INVERSIONISTAS INTERNACIONALES

En general, las restricciones monetarias hicieron de Argentina un lugar difícil para los negocios. Sólo hay que ponerse en el lugar de un estadounidense que buscaba invertir un millón de dólares en negocios argentinos. Dado que todas las transacciones bancarias tenían que efectuarse con la tasa oficial, la inversión inicial valía aproximadamente nueve millones de pesos, lo que conllevaba un recorte sobre su depósito desde el principio.

El sacar las ganancias del país también resultaba difícil debido a las restricciones.

PIERDEN
TURISTAS

Argentina es uno de los países más visitados en Sudamérica, al que llegan millones de turistas al año para disfrutar tanto el tango y los espectáculos de rodeo como los típicos asados. La mayoría arriba con dólares, euros o reales, la moneda del vecino Brasil. En años recientes, muchos turistas cambiaban ansiosamente su moneda en el mercado negro y obtenían un tipo de cambio mucho más alto. Ahora, con la libre flotación del peso, los turistas ya no gozan de una tasa más favorable como un amortiguador frente a los crecientes precios en Argentina.

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