Empresas, trabajadores y legisladores en México, Estados Unidos y Canadá pasaron el año en 'el limbo' en espera de un acuerdo con respecto al tratado de libre comercio entre los tres países. Tras la firma del protocolo modificatorio del tratado en México, tienen una idea más clara de quién ganó y quién perdió.
El acuerdo será votado la próxima semana en la Cámara de Representantes de EU, donde los demócratas realizaron con éxito las revisiones al tratado para garantizar su ratificación.
El beneficio que genera para el PIB de EU el tratado, conocido como T-MEC, es pequeño: un aumento del 0.35 por ciento en el sexto año de acuerdo, según estimaciones oficiales de Estados Unidos.
Sin embargo, como todos los acuerdos comerciales este crea ganadores y perdedores.
Los ganadores
Exportaciones agrícolas de EU: con el acuerdo, los productos lácteos y las aves de corral de los Estados Unidos obtienen un nuevo acceso al mercado de Canadá, y hay algunas ganancias importantes para el trigo y las bebidas alcohólicas.
Empresas de internet: el T-MEC tiene una nueva sección de comercio digital que ayudará a las empresas de internet, con uso intensivo de datos, a evitar requisitos onerosos de impuestos.
Además, se rechazó un intento de último minuto eliminar las protecciones de responsabilidad por el almacenamiento de dato a firmas como Google, Facebook y Twitter para el contenido publicado por los usuarios.
Donald Trump: horas antes de que los demócratas de la Cámara de Representantes dijeran que votarían a favor del acuerdo comercial, presentaron artículos de juicio político en contra del presidente estadounidense.
La firma de este acuerdo da a Trump una victoria política muy necesaria mientras lucha contra el proceso que busca su destitución mediante un impeachment y previo a la elección de 2020 en la que busca reelegirse.
Justin Trudeau: Canadá tenía algunos problemas en la 'línea roja' cuando se negociaba el acuerdo, como el mantenimiento de los paneles de disputa de controversias del capítulo 19 del antiguo Tratado de Libre Comercio e América del Norte (TLCAN), que los negociadores de EU querían eliminar y que terminaron manteniendo.
Una de las grandes demandas a las que se oponía Canadá era aumentar las protecciones de patentes para medicamentos biológicos, pero esto se eliminó de la versión final.
Andrés Manuel López Obrador: Si bien la iniciativa privada de México está preocupada por algunos temas del acuerdo, como el proceso de quejas y controversias laborales, el presidente obtuvo una victoria con el T-MEC.
El simple hecho de finalizar el acuerdo iniciado en la administración anterior significa que pudo preservar el libre comercio con EU, su socio comercial más grande.
De no hacerlo y si se hubiera eliminado el acuerdo comercial, como pretendía Trump, los resultados pudieron ser catastróficos para la economía nacional que ya está estancada.
Nancy Pelosi y los demócratas: la presidenta de la Cámara de Representantes y los demócratas obtuvieron la mayor parte de lo que solicitaban. La líder creó un grupo de trabajo para garantizar que fueran escuchadas una gran variedad de voces, desde la moderada Terri Sewell de Alabama hasta la liberal de Connecticut, Rosa DeLauro.
Las conversaciones se estancaron por momentos, pero la creación de ese consenso le dio a sus miembros una forma de mostrar a los votantes que trabajan en algo más que acusar a Trump.
Personajes como Collin Peterson y Angie Craig de Minnesota, así como Cindy Axne y Abby Finkenauer de Iowa, también demócratas, también se beneficiaron ya que los agricultores que viven en sus estados los señalaban como incapaces de aprobar el T-MEC, por lo que su firma implica una presión menos toda vez que buscan reelegirse.
Robert Lighthizer: el principal negociador comercial de Trump es el funcionario gubernamental más popular en Washington actualmente.
Consiguió un acuerdo que, al parecer, pueden respaldar la mayoría de los republicanos y demócratas, en contraste con el estilo de negociación errático de Trump.
Necesitará de la misma suerte cuando finalice un acuerdo comercial con China, cuyos intereses para la economía estadounidense son aún más altos.
Industria automotriz de EU: para que los automóviles estén exentos de aranceles, deben tener un mayor contenido de materiales producidos en América del Norte y un porcentaje de cada vehículo debe ser realizado por trabajadores que ganen en promedio 16 dólares por hora, una disposición que ayudará a que los salarios se incrementen.
La Comisión de Comercio Internacional de EU prevé que la producción de autopartes estadounidenses se incremente.
Los perdedores
Fabricantes de medicamentos: los principales grupos de la industria están en contra del acuerdo y de las disposiciones sobre su sector.
El tratado comercial original establecía 10 años de protección de datos para medicamentos biológicos, pero requerían que Canadá y México brindarán más protección, lo que podría haber incrementado los precios de las medicinas.
Esa disposición fue eliminada de 'último minuto' ante la insistencia de los demócratas sobre reducir los precios de los medicamentos.
IP de México: El sector privado del país estaba molesto por que consideraban que México cedió mucho a cambio de muy poco en la negociación final. Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex, dijo que las firmas mexicanas fueron "marginadas" de la negociación.
La principal preocupación del sector privado son las disposiciones laborales que podrían dejar a las empresas y plantas mexicanas muy vulnerables.
Ganaderos estadounidenses: el grupo de productores de ganado R-CALF criticó el acuerdo ya que consideran que no restaurar el etiquetado del país de origen, conocido como COOL, en la carne de res permite que los suministros importados sigan socavando a los ganaderos estadounidenses.
Industrias de aluminio de Canadá y EU: en Canadá, la Asociación del Aluminio considera que con lo establecido en la materia, México se convertirá en el 'patio trasero' de China en la región.
Además, la Asociación del Aluminio en EU, dijo que el tratado permitirá que China y Rusia inunden a la región de metales baratos.
Grupos ambientalistas: El Sierra Club y el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales de EU están en contra del acuerdo. Los ambientalistas querían disposiciones sobre el cambio climático en el T-MEC, algo que los demócratas concluyeron que no iba a suceder mientras Trump sea presidente.