Las acciones y el dólar vienen subiendo desde las elecciones presidenciales del 8 de noviembre ante la esperanza con que el apoyo de Donald Trump a los grandes recortes impositivos, un mayor gasto en defensa y la desregulación creen otro período de prosperidad.
El que viene será un "cambio ideológico profundo desde la Presidencia" similar al de Reagan, según Ray Dalio, el fundador de Bridgewater Associates. Los asesores de Trump y el propio multimillonario adoptaron la comparación.
Sin embargo, en su apuro por comprar, quizás los inversores olviden que la economía no está donde estaba en aquel entonces y que el expresidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, fue tan responsable por los buenos tiempos de los ochenta como Reagan.
Otra cosa que se perdió en el encandilamiento de ese periodo: un presidente que hoy es legendario por recortar impuestos también subió algunos cuando se inflaron los déficits presupuestarios.
Además, Reagan tampoco fue tan lejos en el desmantelamiento de normas federales como querían algunos de sus simpatizantes y abandonó un enfoque no intervencionista en los mercados cambiarios cuando un alza del dólar aplastó a las empresas estadounidenses y provocó una disparada del déficit comercial.
"Reagan no fue Reagan, por decirlo así", dijo Alan Greenspan, expresidente de la Fed, nombrado al frente del banco central por el fallecido presidente en 1987.
"Lo admiraba y pienso que fue un excelente presidente. Pero desde que dejó el cargo se ganó una reputación que nunca coincidió del todo con lo que fue como presidente", añadió.
El problema para los emuladores de Reagan es que Estados Unidos está en una etapa muy distinta del ciclo económico que en 1981.
Antes que asumiera Reagan, el país acababa de escapar de una recesión y estaba a punto de entrar en otra que llevó el desempleo a 10.8 por ciento. Esto significa que el PIB tuvo mucho margen para avanzar cuando comenzó a recuperarse.
Hoy, la economía transita el nonagésimo mes de una expansión que ya es la cuarta más prolongada en los registros. El nivel de desempleo, de 4.6 por ciento, es el más bajo o está cerca del más bajo que, según creen muchos economistas, se puede mantener a largo plazo.
Greenspan dice que el Gobierno tiene que restringir el gasto de ayuda social en pensiones y atención médica y así liberar fondos para que las compañías inviertan más y eleven la productividad.
Es lo que hizo Reagan en 1983, cuando apoyó un alza impositiva y recortes en Seguridad Social recomendados por una comisión dirigida por Greenspan.
En cambio, Trump no mostró grandes deseos de contener la ayuda social y prometió no recortar gastos en Seguridad Social.
LA 'MAYOR DECEPCIÓN'
A pesar de los esfuerzos de Reagan, los déficits y la deuda federal crecieron durante su presidencia, algo que el defensor confeso de un Gobierno más pequeño describió posteriormente como su "mayor decepción".
Como la administración de Reagan, el equipo de Trump "tendrá que prestarle atención a las tasas de interés y al dólar", dijo John Snow, presidente de Cerberus Capital Management en Nueva York. "De lo contrario, podrían perjudicar el crecimiento".