CIUDAD DE MÉXICO.- La reforma fiscal no ataca el verdadero del 66 por ciento de la población con actividad en la informalidad, lo que explica la baja productividad del país, y se sacrificó por la energética, señaló Fausto Hernández, investigador del CIDE.
En México es prioritario definir el Proyecto de Nación con un cambio en política pública para identificar cómo se va a financiar y lograr el crecimiento deseado.
La reforma fiscal era muy importante "y se le sacrificó como moneda de cambio por la energética", explicó durante su participación en el foro ¿Qué hacer para crecer?, organizado por el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) y El Financiero
"La reforma fiscal es inocente, con mucha ilusión porque no ataca el verdadero problema. La política pública de México es la misma para dos sectores diferentes, un 66 por ciento de la población en la informalidad y un 34 por ciento en la formalidad", destacó en la mesa "Política Hacendaria y Empleo".
A lo largo de la historia del país, recordó, los intentos de reformas fiscales han enfrentado problemas para ser aprobadas, pero no es debido a un gobierno dividido. "En 1964 se intentó una reforma fiscal y no pasó, no por un gobierno dividido ya que en ese momento había hegemonía en el Congreso, fue por un Estado débil".
Así, la reforma hacendaria diseñada bajo la actual administración de Enrique Peña Nieto, no incentiva que los 27 millones de trabajadores en la informalidad salgan de ella, "por el contrario, hará que lo que ahora están en la formalidad busquen cambiarse al otro bando".
El objetivo de elevar la recaudación es una ilusión debido a la estructura de la población económicamente activa. Hay 10 millones de trabajadores formales de los que el 52.8 por ciento gana menos de 4 salarios mínimos que los hace no sujetos a pagar el ISR. El país recauda poco más del 10 por ciento del PIB excluyendo Pemex y de éstos sólo el 2 por ciento lo pagan las empresas.
"De un universo de 3 millones 724 mil entidades productivas reportadas por el Inegi, 3 millones 312 mil son pequeñas que contribuyen con menos del 6 por ciento del PIB. Los grandes empresarios tendrán forma de eludir y la población en los deciles de 6 a 10 son los que soportan el 70 por ciento de la recaudación total, es decir, el 6.98 por ciento del PIB".
Asimismo, destacó que el mundo se ha ido hacia la baja del ISR a personas morales, países como Japón, Nueva Zelanda o Gran Bretaña lo han disminuido.
ELEVAR PRODUCTIVIDAD
La realidad del mercado de trabajo mexicano da elementos que sugieren dirección y políticas para implementar e incrementar de manera sostenible el nivel del ingreso de la población y la calidad de sus trabajos, expuso Gerardo Leyva, especialista en finanzas públicas durante su participación enviada al foro.
Dentro de la radiografía actual del empleo, la tasa de desempleo en México del 5 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), unos 2.5 millones de personas, y la tasa de desocupación y ocupación parcial del 11 por ciento de la PEA se explica por factores como la informalidad, pobreza, poder adquisitivo del salario mínimo y la migración hacia Estados Unidos.
El experto en empleo subrayó que el hecho de que la tasa de desempleo de México sea inferior a la del 6.3 de Estados Unidos, "No significa que se viva mejor, significa que medimos de manera diferente el desempleo".
Con 6 de cada 10 personas en la informalidad, hacen de este mercado la razón de la baja productividad del país. Es necesario un seguro de desempleo "Que proteja a los trabajadores, es algo que vendrá asociado con un mayor tiempo de búsqueda de empleo, permitirles sostener su búsqueda para encontrar una ocupación a su perfil y no sea una alternativa de sustento".
Explicó que la migración a Estados Unidos, con 12 millones de individuos nacidos en México que radican allá "Hacen que ese flujo de oferta a Estados Unidos ayude a mantener la tasa de desempleo baja en México".
La pobreza hace que jóvenes trabajen en lugar de estudiar, con 1.9 millones de jóvenes entre 15 y 17 años que trabajan y no estudian. Además de que la pobreza aleja a las mujeres del mercado laboral.
Leyva identificó que el salario mínimo, "está por debajo del salario del mercado, la capacidad de compra se redujo una cuarta parte de su valor máximo que se alcanzó en 1977".