La mitad de las actividades productivas nacionales pisaron terreno negativo durante febrero de 2019, según cifras del INEGI.
Los comercios mayoristas fueron el sector más afectado, ya que el 72.2 por ciento de las actividades comerciales registraron caídas en febrero. La rama de actividad económica que más disminuyó fue la que vende maquinaria y equipo agropecuario, forestal y para la pesca, con una contracción de 10.6 por ciento anual, con lo que acumuló cuatro meses consecutivos en números rojos.
Por otra parte, alrededor de cada cuatro de cada diez actividades industriales reflejaron variaciones negativas.
De manera desagregada se observaron caídas de dos actividades relacionadas con la minería, tres del sector de la construcción y siete industrias manufactureras.
Además, 44.4 por ciento de los servicios, principal motor de la economía mexicana arrojó variaciones a la baja, en donde destacó la caída de 12.8 por ciento de los servicios de esparcimiento, culturales y deportivos.
Los artículos de perfumería y joyería mostraron la mayor caída de todas las actividades productivas del país, al disminuir 18.1 por ciento a tasa anual.
Para José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), el país enfrenta las consecuencias de no contar con una estrategia de política industrial activa durante los últimos 30 años.
"Estos resultados son consecuencia de un modesto crecimiento económico, inequidad, pobreza, así como de una baja competitividad y productividad que se presentan en las regiones que tienen el menor desarrollo industrial", dijo.
El especialista considera esencial estrechar la colaboración entre la industria y el gobierno federal, con el objetivo principal de solventar tanto los problemas estructurales como los de coyuntura que enfrentan los empresarios industriales, como la inseguridad pública, la fragilidad del Estado de derecho, la incertidumbre comercial con Estados Unidos, entre otros.