En 2009 Brasil festejaba haber ganado la sede para los Juegos Olímpicos de 2016 y su economía en ese momento brillaba como parte del bloque de emergentes con mayor potencial, los BRIC.
Hoy a seis meses del evento la situación es muy diferente: atraviesa la peor recesión económica en décadas, tasas de desempleo e inflación al alza y escándalos de corrupción política. Este entorno se ha reflejado en la organización de los juegos, como ya se ha visto en los preparativos.
La organización del evento costará alrededor de mil 900 millones de dólares; sin embargo, el presupuesto se ha buscado recortar desde cinco hasta 20 por ciento, según diversas notas de prensa en donde los organizadores de "Río 2016", advierten que son ajustes "detrás de escenas".
La labor ha sido matemática para reducir gastos incluyendo servicios de alimentos gourmet, transportación de lujo y el hospedaje.
*Las sedes. Habrá 32 lugares de competencia, en cuatro sitios: Barra. Deodoro, Maracaná y Copacabana.
*Organización. Se cuenta con 45 mil voluntarios y 6 mil 500 empleados para la realización.
Los juegos. Son los primeros que se realizan en América del Sur. En 1896 fueron los primeros de la era moderna.
*Los deportes. Se competirá en 42 deportes y como novedad estarán el Golf y Rugby.
*178 días. Faltan para que inicien los Juegos Olímpicos, que se celebrarán entre el 5 al 21 de agosto.
Las habitaciones de los atletas no tendrán televisión y habrá un área común para poder ver los partidos. Tampoco habrá aire acondicionado o tendrán que pagar por él.
Habrá menos impresoras y también se espera que la austeridad se refleje en las ceremonias de inauguración y clausura.
Además se redujo el número de voluntarios, en unos 20 mil, quienes tienen que pagar su hospedaje y no reciben un pago. Los organizadores les pagan únicamente el transporte, uniformes y comida.
También el personal contratado se redujo en unos 500, al proyecto original. En algunos sitios, en lugar de estructuras más duraderas, se usarán carpas temporales.
BUSCA IMPULSO ECONÓMICO
Rick Burton, exdirector de mercadotecnia del Comité Olímpico de Estados Unidos, explicó que siempre hay un motivo especial por el que una ciudad busca ser la sede de los juegos. "En el caso de los Juegos de Río de Janeiro, quieren cambiar la percepción, dar un impulso a la economía y enseñarle a las personas que es una de las ciudades más grandiosas del mundo", apuntó.
Pero apenas dos años atrás Brasil celebró la Copa Mundial de Futbol y trajo al país más inflación que crecimiento y en 2015 fue cuando registró su peor recesión, que superó su anterior récord de 1990, según la firma Euler Hermes.
La economía de Brasil cayó 3.6 por ciento en 2015 y el Banco Central estima una contracción de 1.9 por ciento en 2016. El desempleo a finales del 2015 superó el 7.5 por ciento mientras que la inflación terminó cercana al 11 por ciento y el déficit fiscal alcanzó el 10 por ciento del PIB.
Además Brasil ha perdido su estatus de grado de inversión por las agencias crediticias internacionales, quienes están rebajando la calificación ante la profunda y prolongada recesión económica, amplios déficits fiscal y de cuenta corriente y un entorno altamente inflacionario con un clima político inestable.
"Brasil va a celebrar los Juegos Olímpicos de verano y en las condiciones actuales, el evento probablemente representará un lastre adicional en la actividad económica. En el lado positivo, la moneda brasileña está barata por lo que este puede ser un buen momento para el turismo", señaló Eugenio J. Alemán, Economista Senior de Wells Fargo Securities.
Juan Carlos Hidalgo, analista sobre América Latina en el Cato Institute en Washington, asegura que los juegos encontrarán a Brasil sumergido en su peor recesión en 100 años y no descarta algún tipo de protesta si la situación empeora.