La Junta de Gobierno del Banco de México advirtió que la situación de Pemex continúa representando un factor de riesgo para el país, pues el plan de negocios anunciado a mediados de julio no ha logrado restablecer la confianza en sus perspectivas financieras, por lo que no descarta que la compañía pierda el grado de inversión en el corto plazo.
De acuerdo con la minuta de la última reunión de política monetaria del Banco de México, la mayoría de los miembros apuntó que las primas por incumplimiento de pagos de la empresa no han revertido el incremento registrado en meses previos, y que el mercado aún descuenta una nueva disminución de la calificación crediticia de Pemex.
"Si bien no puede descartarse que Pemex pueda perder relativamente pronto el grado de inversión, esto no necesariamente debería dar lugar a movimientos desordenados en los mercados, considerando que una parte importante del mercado ya ha descontado esa posibilidad", señaló un miembro en el documento.
Por otra parte, apuntaron que el programa de rescate a la compañía petrolera no es suficiente y que necesitará más apoyos del gobierno en el corto y mediano plazo, lo que pone en riesgo la salud de las finanzas públicas y la nota soberana del país.
"La mayoría consideró que la situación de Pemex podría tener repercusiones en las finanzas públicas y en la calificación de la deuda soberana de México", indicó el Banco en su minuta.
Un voto disidente
Javier Eduardo Guzmán Calafell, subgobernador del Banco de México, votó en la reunión de política monetaria por mantener la tasa de interés en 8.25 por ciento.
Aunque la inflación general ha disminuido, su componente subyacente, que refleja con mayor precisión las presiones inflacionarias, se ha mantenido elevado durante un periodo prolongado y no muestra indicios de reducción, señaló.