La respuesta del Banco de México para aumentar la liquidez financiera en medio de la pandemia no tendrá la capacidad de mover a la economía debido al bajo nivel de bancarización de empresas y ciudadanos, advirtió Enrique Quintana, director general editorial de El Financiero, quien destacó la necesidad de decisiones de política fiscal del gobierno federal.
"Se requiere intervención pública para que realmente la economía pueda moverse. Bien por Banco de México pero lamentablemente no va a ser suficiente", señaló Quintana en el primero de una serie de foros virtuales que organizará El Financiero sobre COVID-19.
Es por eso que, para aminorar el impacto de la crisis por el coronavirus, se requiere acompañar la política monetaria con la fiscal y la gran mayoría de los países de Latinoamérica lo han hecho, como Perú, que asignó un paquete por el equivalente al 10 por ciento de su PIB, en tanto que en México no llega ni a un punto del PIB, apuntó.
El directivo apuntó que, al igual que en el resto del mundo, el Banco de México anunció un paquete de medidas de apoyo junto con el recorte de medio punto porcentual en el costo del dinero, que buscan elevar la liquidez del mercado y reducir el costo del financiamiento; sin embargo, las condiciones en México hacen que el impacto sea limitado para llegar al conjunto de la economía.
"En una economía sub-bancarizada como la de México, su impacto es todavía más limitado", y refirió que serán pocas las empresas en posibilidad de contratar alguno de los créditos que puso a su disposición el banco central por un monto total de 250 mil millones de pesos, una vez que esas compañías se han quedado sin mercado al no registrar ventas.
A diferencia de la inyección de recursos que se ha aplicado en la generalidad de los gobiernos del mundo, en México, el presidente López Obrador dio una respuesta con un programa de reducción más aguda para el gasto público que no es la adecuada, indicó.
Mayor contracción
Entre los diferentes estimados sobre el desempeño de la economía mexicana, el promedio apunta a una contracción del 7 por ciento en 2020, pero existen escenarios más negativos que llegan a vislumbrar un desplome de hasta 12 por ciento, lo que en todo caso sería la mayor caída de la economía en toda la historia contemporánea y las calificadoras no tardaron en señalar el difícil panorama para México con la degradación de la calificación de la deuda soberana y de las empresas estatales.
"(El miércoles) se vio el efecto de esta acción con la colocación de bonos que hizo Hacienda, el mercado ha cambiado y a diferencia de enero, hubo que pagar un punto y medio más por la degradación de la deuda del gobierno federal como de Pemex y CFE", señaló.
Dado el interés que el gobierno tiene sobre la recuperación de Pemex manifestado por el gasto asignado, si pretende terminar su administración con viabilidad no pasará del 2021 sin que se haga una reforma fiscal a profundidad, consideró Quintana.