El malestar cada vez más profundo de México hace que, para muchos economistas, Agustín Carstens sea menos predecible que nunca.
El gobernador del Banco de México rebajó la tasa de interés de referencia medio punto porcentual a un mínimo récord de 3 por ciento el 6 de junio, sorprendiendo a todos los economistas encuestados por Bloomberg por primera vez desde que asumió su cargo en 2010.
La medida sin precedentes tiene lugar dos semanas después que el banco central rebajara su pronóstico de crecimiento 2014 para la segunda mayor economía de América Latina en tanto la demanda de los consumidores se desploma en medio del estancamiento de la expansión en Estados Unidos.
México recortó las tasas en 1.5 por ciento desde marzo de 2013 luego de mantenerlas sin cambios durante 43 meses consecutivos, en aquel momento el lapso más largo de costos de endeudamiento estables de cualquier país del G-20.
"El mercado no reaccionó en el primer minuto", dijo Binqi Liu, que colabora en la administración de 16 mil 500 millones de dólares en HSBC Global Asset Management, al responder preguntas por correo electrónico. "Cuando llamé a los operadores para preguntarles por qué el mercado no reaccionaba, dijeron que la gente todavía estaba sorprendida y no estaba segura de que eso fuera real".
Ninguno de los 20 economistas encuestados por Bloomberg había pronosticado un cambio en las tasas. Las anteriores rebajas dispuestas por Carstens fueron vaticinadas por un analista como mínimo en un sondeo de Bloomberg.
El Banco de México no accedió a efectuar comentarios sobre la previsibilidad de la política monetaria. La atonía de la economía aumentó en tanto el gasto y la inversión nacionales siguen débiles, dijeron las autoridades en la declaración que acompañaba la decisión del 6 de junio.
'RECUPERACIÓN MENOS SEGURA'
Banxico señaló que este año el crecimiento podría ser aún más bajo que el calculado el 21 de mayo, cuando la entidad rebajó su pronóstico de una estimación anterior de entre 3 por ciento y 4 por ciento a entre 2.3 por ciento y 3.3 por ciento. La economía creció 1.1 por ciento el año pasado, el nivel más débil desde la recesión de 2009.
Alexis Milo, economista jefe de Deutsche Bank AG para México, dijo que Carstens no se ha vuelto más impredecible.
"Hay algunos elementos que el mercado no vio", señaló Milo en entrevista telefónica desde Ciudad de México. "La realidad cambió y no es que el banco haya cambiado su función política. Hoy estamos hablando de un crecimiento mucho más lento y una recuperación que es menos segura".
Si bien los aumentos de impuestos aprobados por el presidente Enrique Peña Nieto reducirán la dependencia de México de los ingresos del petróleo de 34 por ciento del presupuesto el año pasado a sólo 27 por ciento en 2018, han afectado el gasto privado, haciendo que la confianza de los consumidores cayera al nivel más bajo en casi cuatro años.
"Están muy preocupados por la economía", declaró Alfredo Thorne, exresponsable de investigación latinoamericana de JPMorgan Chase y fundador de la firma de investigación Thorne Associates, en una entrevista telefónica desde Lima.
"Las cifras de confianza no dan señales de mejorar en el sector privado. Esto le ha dado al Banxico algunos argumentos más para sorprender al mercado, y eso es exactamente lo que han hecho".