México tendría que retirar drásticamente el apoyo a su petrolera estatal, Petróleos Mexicanos (Pemex), para que Fitch Ratings pudiera rebajarla a un grado especulativo, según la calificadora.
Pemex parece estar estabilizando su producción de crudo, además de que el Gobierno intervendría para asegurarse de que cumpla con sus expectativas financieras, dijo el miércoles un director sénior de Fitch, Lucas Aristizabal, en una entrevista telefónica.
"Las calificaciones se moverán en conjunto con las del soberano por el momento", dijo Aristizabal. Una rebaja "requeriría algo muy drástico en la forma en que el Gobierno se acerca a la empresa en términos de apoyo".
Fitch actualmente califica la deuda de Pemex en BB-, la más baja entre las tres principales de la calificadora. En un movimiento inusual, la productora de petróleo decidió esta semana rescindir el contrato con Fitch indicando que con la medida buscaría ahorrar costos por 350 mil dólares. Fitch respondió que seguirá calificando a Pemex de forma gratuita.
"Decidimos que mantendríamos las calificaciones como un servicio para los inversionistas dada la cantidad de deuda internacional pendiente y el interés de los inversionistas", dijo Aristizabal.
A finales del año pasado, la deuda del gigante petrolero se disparó a 113 mil 200 millones de dólares, la más alta entre todas las grandes petroleras.
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Moody's Investors Service calificó a Pemex en Ba2, a dos niveles de un grado especulativo y un nivel por encima de Fitch. S&P Global Ratings todavía tiene a la empresa en grado de inversión con una calificación BBB.
La producción de crudo de Pemex promedió 1.651 millones de barriles por día en enero, frente a los 1.650 millones de barriles del mes anterior, aunque en 2020 la producción cayó uno por ciento en comparación con el año anterior.
A pesar de que pareciera haber estabilizado su producción, Pemex enfrentará desafíos para reducir su deuda y necesitará aumentar su gasto de capital en exploración y producción para revertir las caídas a largo plazo, dijo Aristizábal.