Ante un horizonte más prolongado de la pandemia del COVID-19 en el mundo y en el país, el secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera, dijo que tendrá que haber ajustes en los planes fiscales y, en ese sentido, se pronunció por apoyar la recuperación económica, pero sin presionar "excesivamente" las finanzas públicas.
"Debemos administrar los recursos públicos a lo largo del tiempo para apoyar la recuperación económica sin presionar excesivamente las finanzas públicas, ni generar desequilibrios financieros. Una mezcla correcta de medidas fiscales, crediticias y regulatorias puede lograr lo anterior", dijo.
Al participar de forma virtual este sábado en la Reunión de Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales del G20, estimó que habrá un periodo de un año a un año y medio en el que se coexistirá con el COVID-19, por lo que las políticas fiscal y financiera tendrán que ajustarse a este nuevo horizonte.
"El ritmo de la recuperación económica dependerá de la evolución de la pandemia. Originalmente, el consenso internacional estimaba que el tiempo de aislamiento sería de dos meses, seguido de un proceso de recuperación económica inmediato. Sin embargo, hoy sabemos que el horizonte de recuperación será de mayor tiempo, mientras no esté disponible una vacuna o tratamiento efectivo, por lo que la política económica, en particular la fiscal y financiera, deberán ajustarse a la nueva realidad", apuntó en el encuentro en el que también participó Alejandro Díaz de León, gobernador de Banco de México.
En la reunión se analizó el impacto de la pandemia del COVID-19 en el panorama económico global, así como los riesgos y desafíos generados en cada país y las respuestas fiscales, monetarias y de política económica ante esta contingencia.
Los participantes revisaron los avances en la implementación del Plan de Acción del G20 en respuesta al COVID-19, el cual fue adoptado el pasado 15 de abril. Este plan incluye políticas para robustecer los sistemas de salud, así como medidas fiscales y monetarias que están permitiendo atenuar los efectos adversos derivados del periodo de confinamiento, asegurando un sistema financiero estable y resiliente.
G20 continuará con medidas
Cuando los ministros de Hacienda y gobernadores de los bancos centrales del G20 se reunieron en abril de este año, el mundo se encontraba en medio del Gran Confinamiento forzado por el brote de COVID-19, hoy con la reapertura de la actividad económica, los países están tomando medidas inmediatas y "excepcionales" para abordar la pandemia y sus impactos sanitarios.
El G20 espera que la economía global se recupere con la reapertura gradual y conforme se materialicen los impactos de las medidas implementadas. "Estamos decididos a seguir utilizando todas las herramientas de políticas disponibles para salvaguardar las vidas, los trabajos y los ingresos de las personas, apoyar la recuperación económica global y mejorar la capacidad de recuperación del sistema financiero, al tiempo que protegemos contra los riesgos a la baja", señaló el comunicado oficial del G20.
El G20 aseguró que se actuará con rapidez, individual y colectivamente, incluso a través de las instituciones financieras internacionales, para salvaguardar la estabilidad financiera contra los riesgos a corto plazo, al tiempo que se fortalecerá la resiliencia financiera a largo plazo y se apoyará el crecimiento, incluso mediante la promoción de flujos de capital sostenibles y el desarrollo de mercados de capital nacionales.
Asimismo, las políticas fiscales y monetarias continuarán operando de manera complementaria durante el tiempo que sea necesario, ya que la política monetaria continúa apoyando la actividad económica y asegurando la estabilidad de precios, de acuerdo con los mandatos de los bancos centrales.
El G20 dijo que continuará la cooperación para un sistema fiscal internacional globalmente justo, sostenible y moderno, si bien se reconoce que la pandemia de COVID-19 ha impactado el trabajo de abordar los desafíos fiscales derivados de la digitalización de la economía.
En cuanto a la infraestructura, los países apuntaron que es un motor de crecimiento y prosperidad, por lo que será fundamental para promover la recuperación económica y la capacidad de recuperación, lo que se puede mejorar aún más mediante el uso de la tecnología.