La Fiscalía General del Estado de México aseguró un inmueble en Huixquilucan que servía como laboratorio en el que se procesaba mariguana y estaba ubicado tras la fachada de una casa de “alta plusvalía”.
El operativo ocurrió luego de la detención de un hombre, llamado Juan Carlos ‘N’, quien fue encontrado en un auto con envases de aceite de presunta mariguana. Lo anterior despertó la sospecha sobre la casa ubicada en la zona residencial Bosques de la Herradura.
Debido a la posibilidad de la producción de droga en la casa, se obtuvo una órden de cateo. En el operativo llevado a cabo este fin de semana se encontraron dos invernaderos acondicionados para la producción y procesamiento de mariguana, además de pipetas, básculas y material de laboratorio.
Además de la mariguana se encontraron hongos secos, sin especificar de qué tipo.
Juan Carlos ‘N’ y la evidencia fueron presentados ante el Ministerio Público a la espera de que concluyan las indagatorias sobre el laboratorio de drogas. Además, una de las primeras líneas de investigación es que las drogas realizadas y procesadas en la casa ubicada en la zona residencial de Huixquilucan se distribuían en colonias de alta plusvalía de la localidad.
Crisis económica de la mariguana legal en Estados Unidos: Reportan sobreproducción y margen de ganancia mínima
The Associated Press
El correo electrónico llegó a todos los cultivadores autorizados de cannabis en el estado de Washington: un colega más se había fundido.
“Ofertas por liquidación”. Llevaba enlazada una hoja electrónica con los artículos en venta: luces LED para el cultivo, 500 dólares cada una. Evaporadores rotativos para aceite de hachís, 10 mil dólares.
Al otro lado del río Columbia, en Oregón, donde el regulador de cannabis advirtió recientemente que la industria sufre una “crisis existencial”, es un secreto a voces que algunos cultivadores autorizados han enviado parte de su producción el mercado negro fuera del estado para seguir a flote.
En California, MedMen, la “tienda Apple de la hierba”, está agobiada por cuentas impagas por millones de dólares, mientras que la canadiense Curaleaf ha cerrado sus operaciones en California, Oregón y Colorado.
A lo largo de la costa del Pacífico, los cultivadores se debaten con lo que muchos llaman la economía fallida de la mariguana legal. La oferta es vasta gracias a las excelentes condiciones para el cultivo y rica experiencia, pero el sobrante está atrapado dentro de cada estado debido a la prohibición federal que pesa sobre la marihuana. Los precios están por el suelo y los productores no logran levantar cabeza.
“Estoy tocando fondo”, dijo Jeremy Moberg, dueño de CannaSol Farms en Washington, que como muchos cultivadores, se queja que el impuesto del 37 por ciento prácticamente no le deja margen de ganancia.
Nadie piensa que el Congreso les ayude legalizando la droga en todo el país. Algunos ponen sus escasas esperanzas en que el gobierno del presidente Joe Biden apruebe el comercio de mariguana entre los estados que lo han regulado.
Eso le permitiría a la costa del Pacífico —con su clima favorable y su energía hidroeléctrica limpia y barata para el cultivo bajo techo— abastecer al resto del país, dicen.
En declaraciones ante el Senado el mes pasado, el secretario de Justicia, Merrick Garland, dijo que su departamento anunciará próximamente nuevas normas. Los expertos en política de drogas no prevén que se llegue a permitir el comercio entre estados.
No obstante, los legisladores en Washington aprobaron un “proyecto gatillo” —similar a los de Oregón y California— que le permitirá al gobernador celebrar acuerdos con otros estados si los federales lo autorizan.
Al presente, 21 estados han legalizado el consumo recreativo de mariguana por adultos.