El Viernes Santo, que se conmemora este 2 de abril, es parte de la Semana Santa, correspondiente a los últimos siete días de la Cuaresma, periodo que comprende desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección.
Durante la Semana Santa, la iglesia católica se dedica a recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Asimismo, el Viernes Santo es el día en que los fieles católicos se abstienen de comer carne roja, no celebran misas ni tampoco la Eucaristía.
Pero, ¿por qué es importante el ayuno, especialmente el Viernes Santo? Te contamos.
La Cuaresma es un periodo de cuarenta y seis días, desde el Miércoles de Ceniza hasta la víspera del domingo de Resurrección, y para algunas iglesias es el tiempo litúrgico de preparación para la Pascua, con la práctica del ayuno y de la abstinencia.
Las personas que deben ayunar son los mayores de 18 años hasta haber cumplido los 59 años de edad, según indica el Código de Derecho Canónico. Por otro lado, las mujeres embarazadas, personas con enfermedades mentales, enfermas o situaciones morales o de imposibilidad física los exime de mantener el ayuno.
“Es una forma de abstenerse de alimentos corporales y es una forma de penitencia y de oración. Jesucristo practicó el ayuno en momentos importantes, cuando iba a la oración. También ayuda a la oración, purificar nuestro cuerpo y así disponernos mejor para la escucha de nuestra oración por Dios”, explica la Agencia Católica de Informaciones.
El ayuno debe ser un solo plato al día o dos o tres veces de una manera frugal. Cuando se ayuna, se le permite a la persona comer una comida completa, así como dos comidas más pequeñas que juntas no equivalgan a una comida completa, de acuerdo con la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.