Si eres trabajador o trabajadora, sabes que tienes derecho a recibir una retribución económica de manera quincenal o mensual, pero, ¿alguna vez has escuchado el término ‘salario emocional’?
Te explicamos qué es.
Primero, hay que recordar que ‘salario’ se refiere a un monto que los y las trabajadoras reciben a cambio de su labor.
En tanto, el salario emocional se refiere a los beneficios no económicos que las personas reciben de su trabajo, los cuales tienen el fin de motivarles y de permitir el desarrollo personal y profesional, de acuerdo con el Emotional Salary Barometer.
Esta agrupación explica que este tipo de remuneración es subjetiva y es distinta para cada persona. Para algunas de ellas, el aspecto más importante del trabajo puede ser socializar y hacer amigos, mientras que para otros individuos esto podría no tener relevancia, y están más interesados en convertirse en expertos en cierta área o de potenciar su creatividad.
Este grupo se ha cuestionado por qué las personas trabajamos más allá del factor económico. Es decir, si quitáramos este aspecto, ¿qué es lo que obtiene una persona al trabajar? Pensar en esto importa puesto que esta otra ganancia genera bienestar y motivación (si bien, claramente, la cuestión económica es fundamental).
El ESB considera que se deben contemplar diversos aspectos a la hora de hablar del salario emocional. Explica que las personas deben tener la posibilidad de ver a sus empleos como plataformas de crecimiento profesional y personal, además de que las empresas deben tomar en cuenta el impacto en la salud que los empleos tienen en de sus trabajadoras y trabajadores, desde el estrés y la falta de sueño hasta dolores físicos a causa de sus actividades.
El ESB mide 10 factores distintos para que las personas sepan si perciben salario emocional.
Estos miden la libertad en el contexto laboral; la conexión con compañeros y con la empresa; si se tiene o no la oportunidad de explorar la creatividad; si existe la posibilidad de contribuir en decisiones profesionales; la oportunidad de divertirse e interactuar de manera respetuosa y confiable; si hay oportunidad de adquirir más experiencia, entre otros puntos.
El IMF Business School puntualiza, por su parte, que las empresas deben analizar si generan vínculos de pertenencia con empleados y empleadas; si ayudan a conciliar los problemas de la vida profesional y laboral; si cuentan con un buen ambiente en su lugar de trabajo; si realmente reconocen los logros de las personas; y si ofrecen oportunidades para que estas se desarrollen.