¿Por qué mujeres, niñas y adolescentes toman las calles el 8 de marzo? Históricamente esta fecha, contrario a lo que se cree, no es de festejos, halagos o celebraciones, es de lucha y de gritar de que están hartas de que las violenten, por eso se marcha.
Según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decretó el 8 de marzo el 1975 como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con el objetivo de buscar la igualdad y la no discriminación.
Pero hubo hechos previos que llevaron a reconocer este día, estos fueron protestas que buscaban exigir los derechos de las mujeres, por ejemplo los laborales y la libertad de ejercer el voto.
Según National Geographic, en marzo de 1857, las trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York salieron a protestar por las malas condiciones de trabajo que tenían.
Los salarios de las mujeres eran menos de la mitad que el de los hombres. La policía intervino de manera violenta contra la protesta, pero este fue un gran antecedente para el futuro de los derechos de las mujeres.
En 1909 hubo otra huelga también en Nueva York, donde donde encerraron y quemaron vivas a 140 trabajadoras que se manifestaron contra la precariedad laboral.
“El horario laboral era de 10 horas diarias más 7 horas los sábados, y el salario era de entre 7 y 10 dólares por 52 horas de trabajo a la semana”, comentó Regina Freyman, profesora del Tec de Monterrey.
En 1909 una organización de mujeres sindicalistas celebró el primer Día Internacional de la Mujer en Estados Unidos. Se calcula que asistieron 15 mil féminas en una marcha que recorrió Nueva York.
Además, el 8 de marzo de 1917 en San Petersburgo, Rusia, estudiantes, empleadas y obreras textiles se manifestaron para reclamar pan y paz, según France 24.
Fue así que en 1921 Vladimir Lenin decretó el 8 de marzo como el Día Internacional de las Trabajadoras, esto como homenaje a quienes participaron en las protestas de 1917.
France 24 detalla que el líder soviético declaró en su discurso que “las masas no pueden volver a la vida política sin atraer a las mujeres. Porque, en un régimen capitalista, las mujeres, la mitad de la especie humana, son doblemente explotadas.
La trabajadora y la campesina son oprimidas por el capital (…) no disfrutan de todos los derechos porque la ley no les da la igualdad con los hombres. Además, permanecen confinadas a la “esclavitud doméstica”, son “esclavas del hogar” agobiadas por las tareas del hogar, las más mezquinas, ingratas, duras y sin sentido, y en general también por las tareas domésticas y familiares individuales.