Si no deseas que surjan problemas y diferencias entre tus herederos, debes hacer valer que se cumpla tu voluntad para que tu familia evite un largo y costoso proceso. Hoy más que nunca el testamento es esencial para dar certeza jurídica .
Otorgar un testamento es un trámite sencillo, aunque con la emergencia sanitaria cambió radicalmente la forma de vida y las prioridades de cada persona. Sin embargo, no hacerlo cuando se tienen hijos y patrimonio, es una manera de complicar las cosas.
Antes de esta situación, elaborar un testamento para disponer de los bienes parecía una tarea que se debía atender a edad avanzada; peor aún, en la mayoría de la población no se considera un tema importante, o incluso se desconoce.
Cultura del testamento
El número indeterminado de propiedades intestadas en el país y de litigios confirma la necesidad de fomentar en los mexicanos la "cultura del testamento" y la regularización de las propiedades, dice Sonia Juárez Moreno, académica de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La académica asegura que es mejor decidir en vida el destino de nuestros bienes y quién se hará cargo de ellos a nuestra muerte, en especial si a futuro eso puede causar algún conflicto.
La experta detalló que en la actualidad la gente muere sin hacer este trámite y, por ello, "es necesario establecer qué se necesita para que eso ya no ocurra" y quede asentada su voluntad de manera legal.
La ley establece que el testamento se puede elaborar a partir de los 16 años de edad, y para fomentar esta cultura en la Ciudad de México existe el "mes del testamento", septiembre, para que la gente pueda realizarlo a bajo costo, agregó.
"Hay que dejar en claro que se debe hacer directamente ante notario, única autoridad encargada de elaborarlo", comentó.
Una vez realizado no significa que los herederos pueden decidir sobre los bienes. En realidad se trata de una disposición para cuando la persona muera.
"Disponer de nuestros bienes cuando ya no estemos, es un acto personal y libre. Cada quien decide hacer con ellos lo que deseé, pero no sólo respecto a eso, sino a las deudas o derechos que la persona pudiera tener. Además, es posible cambiar esa voluntad (designar herederos) tantas veces como se quiera", refirió.
La académica explicó que es considerado un acto revocable de una persona con capacidad jurídica, aunque en casos con Alzheimer o demencia senil, no es posible.
La experta comentó que de los tipos de testamento que existen, en el caso de la Ciudad de México solo hay el denominado testamento público abierto, aquel otorgado ante notario público, aunque antes se permitía el ológrafo; es decir, el que se realizaba "de puño y letra"; no obstante, en algunas entidades sigue vigente.
¿Qué sucede si no hay testamento?
La ley establece que los bienes quedan intestados. Entonces se abre un juicio intestamentario. Pero "ahí entramos a la situación donde un hijo dice que tiene más derechos porque cuidó a su madre o padre los últimos días, otro dice que aportó dinero y uno más que él remodeló la casa", aseveró la académica.
Ese tipo de juicios se llaman denuncias, continuó, mediante los cuales pueden denunciar los herederos, esposos, padres o hijos, y también alguien a quien la persona fallecida le debía dinero a fin de que se les notifique a los herederos y con los bienes que dejó, incluidas cuentas bancarias, se salde la deuda.
Sin embargo, en muchas ocasiones las cuentas por pagar superan el valor de las propiedades, objetos, efectivo, entre otros, de ahí que muchas veces no se denuncian los juicios de intestado.
En el caso de que sólo exista un hijo, incluso sin testamento, se hace la denuncia directamente al juez por parte del único y universal heredero de los bienes y albacea; eso facilita el trámite, a diferencia de cuando son varios hermanos porque al momento de la partición de la herencia unos quieren más.
Al continuar con la explicación, Sonia Juárez destacó que la normatividad establece dos alternativas jurídicas para resolver un intestado: un juicio ante un juez familiar –que puede llevarse desde meses hasta décadas, dependiendo de la posibilidad de conciliar y de la actuación de los abogados involucrados– o una tramitación ante un notario únicamente si todos los herederos están de acuerdo y no tienen dudas respecto a la masa hereditaria.
Cuando hay testamento, abundó, el juez familiar es el encargado de abrirlo, de determinar su validez (no debe tener tachaduras o enmendaduras, por ejemplo) y leerlo ante los posibles herederos.
La universitaria refirió que a pesar de las opciones que hay para legalizar la voluntad de las personas, hay escasa "cultura del testamento". Además, se desconoce el número de propiedades intestadas en la Ciudad de México y en el país porque tampoco hay la "cultura de regularizar las propiedades".