Las lanchas navegan sobre las cenizas y la tierra. Una planta levanta el polvo mientras rueda por la zona. El piso se siente completamente firme, lo que hace difícil imaginar que hasta hace un año esta era la Laguna de Zumpango y no lo que ahora parece un terreno baldío.
Visitantes cuentan que antes había barcos en las orillas que llevaban a los visitantes a pescar o a una isla que aún se ve a lo lejos, y a la que da la impresión de que ahora se puede ir caminando.
En los bordes ya no se ve el agua subir lentamente hacia la tierra, sino grafitis con los que GE<3 y Frosh dejaron sus marcas en el cemento. Donde antes nadaban los peses ahora hay bolsas de plástico, platos rotos y basura en general.
El único residuo de agua que queda está dentro de una botella de tequila que alguien dejó abandonada. Se ve turbia, gris de todo el polvo.
Este fue el escenario que recibió a Xóchitl Gálvez este martes. La candidata presidencial dejó de lado el traje sastre que había usado por la mañana en su visita al ITAM, en la Ciudad de México, y lo cambió por un huipil, unos jeans y unos tenis.
La abanderada de la coalición Fuerza y Corazón por México caminó unos metros por la orilla de lo que siguen llamando la laguna antes de subirse a la parte trasera de una camioneta pick up.
Fue aquí que expuso la razón por la que ella cree que ya no llega el agua hasta este cuerpo.
“Para que no llegaran patos ni aves por el AIFA. Esa es la teoría porque está taponeada”, aseguró la candidata de oposición. Después explicó que hay un bloqueo “en el Canal de Santo Tomás (que surtía de agua a la laguna) para que ya no llegara el agua aquí”.
Su señalamiento fue respaldado por Rogelio Muñoz, quien fue presidente municipal de Zumpango entre 2001 y 2003, y que acompañó a la candidata durante su recorrido.
“La empezaron a secar de adrede. De pretexto pusieron que los pájaros eran muy peligrosos para los aviones. ¿Cuántos aeropuertos están pegados al mar? En Los Ángeles, en Vancouver, Colima… y ahí los patos vuelan más bajito”, acusó.
Posteriormente, Gálvez Ruiz acotó un poco y dijo que “no encontramos por ningún lado algún decreto que ordene la desecación de la laguna, lo que sí encontramos fue un tapón que se puso hace tres años que se ponía y se quitaba para regar las tierras de la parte alta, pero nunca más se destapó y decidieron que se secara la laguna y por lo tanto las aves migratorias dejaron de llegar a esta parte de la laguna”.
Por el camino se ven locales abandonados después de que, según los pobladores, los obligaron a dejarlos cuando todavía había agua.
En el lugar también se ven vacas y borregos pastando, aprovechando que lo único que queda son plantas.
Los pobladores del lugar son los que más han resentido la sequía de la laguna. Así lo describió Nestor Ventura, quien era pescador y lanchero en la zona. “Planto unos nopales y si bien se dan, comeré. Y si no…”.