Pisar la UNAM y salir bien librado es tan complicado que la institución no ha visto pasar un aspirante presidencial desde el siglo pasado. Lo delicado de su territorio ha causado que desde el 2000, cuando el entonces candidato presidencial del PRD Cuauhtémoc Cárdenas se reunió con los universitarios en Ciudad Universitaria, no se ha llevado a cabo un encuentro político de este tipo.
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano llegó a la explanada de Rectoría, en el corazón de Ciudad Universitaria (CU), el 22 de junio del 2000, para llevar a cabo su tercer y último evento de campaña en la máxima casa de estudios.
El conflicto con el Consejo General de Huelga (CGH), una de las crisis más recientes en la UNAM, que tomó las instalaciones de la Universidad por 10 meses, seguía fresco. Después de todo, la recién creada Policía Federal Preventiva (PFP) irrumpió en la UNAM el 6 de febrero del 2000 y detuvo a 700 huelguistas.
Con la tensión que se creó durante esos momentos, parecía difícil que se pudiera diluir el enojo de los llamados ultras, que se hicieron presentes en el evento.
Crónicas de la época calculan que fueron alrededor de 500 los integrantes del CGH quienes acudieron a reclamar la presencia de Cárdenas Solórzano en la UNAM.
Fernando Belaunzarán, quien originalmente invitó a Cárdenas a la UNAM, narró que las protestas se veían y se escuchaban desde el templete. “Éramos muchos más los universitarios”.
En conversación con El Financiero casi 24 años después del mitin de Cuauhtémoc Cárdenas en CU, el exlíder estudiantil recordó que los problemas empezaron desde la noche anterior.
’La noche más larga’: Así fueron las horas previas al mitin de Cárdenas en CU
Los ‘ultras’ se negaban a permitir que los organizadores del evento pusieran el estrado en el techo que se encuentra en el edificio de Rectoría de la UNAM, y que da directamente a Las Islas, donde los estudiantes se reúnen hasta la actualidad.
Fernando Belaunzarán describe las horas previas como “la noche más larga”. Parecía fundamental controlar este espacio. Tanto, que ambos bandos se confrontaron en diferentes momentos.
“Había una lucha por quién tomaba, o quién asumía, la parte donde estaba la entrada principal de Rectoría y luego hacia el techo que da hacia la explanada. Se tomó en algún momento, ellos lo recuperaron incluso con gases lacrimógenos. Se hizo un momento de mucha tensión”, afirma.
Sin embargo, los organizadores tenían un secreto, que fue la fundación para que el evento no sólo saliera bien, sino que se pudiera llevar a cabo.
“Con lo que no contaban la ‘Ultra’ es que establecimos el templete en la Biblioteca Central (a unos metros de Rectoría). Mientras nos estábamos peleando por el techito, como medida de distracción, se construyó el templete en la Biblioteca”.
A pesar de que ya pasaron más de dos décadas y cuatro campañas presidenciales, Belaunzarán sigue contando la anécdota entre risas y con el orgullo de quien vence al enemigo.
Fue hasta que amaneció, ya con los primeros rayos de luz, que los ‘ultras’ se dieron cuenta de lo que en realidad estaba pasando. Habían perdido una batalla que ni sabían que estaban peleando.
Mitin de Cuauhtémoc Cárdenas en la UNAM alertó hasta a AMLO
El conflicto con los ‘ultras’, que pedían que Cuauhtémoc Cárdenas no fuera al encuentro con los universitarios en CU, alteró al entonces candidato a la Jefatura de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador.
El nervio por el mitin en la UNAM subió tanto de tono, que el entonces perredista envió a Raquel Sosa, exsecretaria de Desarrollo Social y actual Directora de la Universidad del Bienestar, y a los moneros de La Jornada, Rafael Barajas Durán, mejor conocido como “El Fisgón”, y José Hernández a hablar con Fernando Belaunzarán.
Los enviados buscaron convencer a los organizadores de que el evento “no se hiciera en la UNAM y se hiciera un evento en la Universidad Nicolaita, en Morelia. No aceptamos”, sentenció el exlíder.
El fundamento del nerviosismo de López Obrador y sus aliados por la visita de Cárdenas a la UNAM parecía estar concentrado en un interés puramente electoral en plena carrera por la Jefatura de Gobierno.
“Me decían que eso (el mitin) ponía en riesgo la victoria en el DF. Si hubiera violencia, si hubiera una cosa así… y para qué provocar, cosas así. Era lo que mandaba decir Andrés Manuel, pero resistimos”, sostiene Belaunzarán, nuevamente con orgullo.
A pesar de los reclamos y la insistencia, el mitin de Cuauhtémoc Cárdenas en Ciudad Universitaria se llevó a cabo, e incluso contó con la participación de López Obrador, quien acudió con una camisa amarilla como los colores del partido del Sol Azteca, el PRD.
En todo momento, mientras Cárdenas Solórzano daba su discurso, el entonces candidato a la Jefatura de Gobierno se mantuvo por detrás del abanderado presidencial perredista.
La negociacion del CGH con el PRD
El CGH contó con el apoyo constante de prominentes figuras perredistas, como el expresidente del partido en el entonces Distrito Federal (DF), Carlos Imaz.
Imaz Gispert no sólo hizo público su apoyo al movimiento estudiantil. Después de haber sido lider del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) 13 años antes, era de esperarse que tendría simpatía por esta nueva protesta de alumnos. Sin embargo, la influencia del experredista fue más allá.
De acuerdo con Alberto Pacheco Guizar, entonces estudiante de la Facultad de Economía, el exhuelguista mantenía un control importante sobre la Red de Estudiantes Democráticos (RED).
En “Memorias del CGH:a 20 años de la huelga en la UNAM”, publicado por la CNDH, Pacheco Guizar, uno de los coordinadores de la publicación, lo contó con más detalle.
Dentro del libro, el exestudiante narró que Imaz Gispert siempre impulsó a José Luis ‘el Tornillo’ Cruz, parte de la corriente RED, para que fuera el orador y representante de los estudiantes.
“Más adelante, ‘el Tornillo’ se convertiría en el favorito de Imaz y el PRD, e influyeron definitivamente en toda intentona de levantar la huelga”, sentenció.
Pero esta influencia no duró para siempre, y tampoco era unánime. Al ser cuestionado sobre este descontento de los ultras con el PRD, Fernando Belaunzarán explica que estos se sintieron traicionados por el líder del CEU.
“Carlos Imaz cometió el error, con Claudia Sheinbaum, por cierto, de negociar la salida del conflicto. El único problema es que lo hicieron a espaldas del movimiento”, recordó.
El descontento entre el resto de los huelguistas se dio después de que Imaz habría acordado que las cuotas que se buscaban imponer a los estudiantes fueran voluntarias, aunque esto dejaba fuera un elemento fundamental para los integrantes del CGH: el Congreso para que la comunidad discutiera los problemas de la institución.
Y mientras los más “moderados” del movimiento ganaron la discusión en el debate estudiantil, Imaz declaró a los medios que se había acabado la huelga, algo que no era cierto y que sólo ayudó a fortalecer a los ultras.
A esto se sumó la respuesta del entonces encargado del gobierno de la capital ante algunos conatos.
“Hubo algunas manifestaciones donde había cierta provocación, y los granaderos del DF entraron, y eso generó también una tensión muy fuerte con el gobierno, que era de Cuauhtémoc”, confiesa Belaunzarán.
Estos actos se sumaron para que los ultras vetaran al ‘Ingeniero Cárdenas’, además de tenerle un enojo profundo a todo lo que estuviera relacionado con el PRD, incluyendo al propio Belaunzarán, que fue expulsado del movimiento estudiantil.
El discurso de Cuauhtémoc Cárdenas en la UNAM: ‘Quien aspira a encabezar el país no puede rehuir a los problemas’
A pesar del conflicto, el mitin de Cuauhtémoc Cardenas en CU se sostuvo, y se calcula que llegaron 50 mil estudiantes, investigadores, académicos y trabajadores de la UNAM. Todos buscaban escuchar lo que diría el ‘Ingeniero’ en su tercera visita como candidato a la UNAM.
Desde el templete, el perredista no dudó en acusar al gobierno del expresidente Ernesto Zedillo por agredir a la máxima casa de estudios con el presunto beneplácito del liderazgo de la institución.
“En este largo año de conflictos, se ha perpetrado contra la Universidad Nacional la más fuerte y grave agresión que jamás haya sufrido, montada por el gobierno federal, a través de las autoridades universitarias”, acusó.
El discurso de Cuauhtémoc Cárdenas en CU también habló sobre las condenas y advertencias por parte de los ultras, que buscaban impedir su asistencia.
Ante los reclamos de los cgacheros, el perredista respondió que decidió ir a ya que “quien aspira, como yo hoy, a encabezar la conducción del país, no puede rehuir los problemas, sino ir a su encuentro para contribuir a su más pronta solución”.
Mientras avanzaba con su discurso, el ‘Ingeniero Cárdenas’ le iba pasando las hojas del discurso, mismo que no dejó de leer, a su esposa, Celeste Batel, o a otra jóven que también se paró a su derecha.
De vez en cuando volteaba la cabeza hacia arriba para ver a los universitarios que le gritaban “¡Cuauhtémoc, Cuauhtémoc!”, y “¡duro, duro, duro!”.
De manera breve, Cárdenas Solórzano también condenó que la Universidad no puede estar cerrada al exterior, ni puede permitir que en ellos aparezca el más mínimo temor para discutir ideas.
“Se puede discrepar, es válido, pero en una universidad que se precie de serlo, todo mundo debe de tener la libertad de expresarse, de defender con la palabra y con la letra sus puntos de vista”, acusó.
En este sentido, agregó que “a todo mundo debe brindársele la oportunidad de razonar y en todo caso de imponerse o ser vencido con las ideas y nunca sometido por la fuerza”.
Hacia el final del mitin, ya sin los papeles en la mano, el ‘Ingeniero’ Cárdenas entonó la conocida porra de la UNAM. “¡Goya! ¡Goya! ¡Cachún cachún, ra ra, cachún cachún, ra ra! ¡Goya! ¡Universidad!”.
Por momentos se veía la cabeza de López Obrador entonando el coro, con las que parecieron ser sus primeras y únicas palabras del encuentro.
Con un giro hacia la izquierda, Cárdenas Solórzano entregó el micrófono a una persona que se encontraba a su lado, y que fue el encargado de cantar el Himno Nacional.
A diferencia del ‘Goya’, en el que el perredista mantuvo la mano abajo, ahora el entonces candidato hizo el símbolo de paz con la mano izquierda y lo levantó en alto.
¿Cuál fue el saldo del mitin de un candidato presidencial en la UNAM?
El saldo del mitin de Cárdenas en la UNAM no fue blanco. El enojo de los ‘ultras’ al ver que se había llevado a cabo se convino con la retirada de los encargados de la seguridad.
Una vez que Cuauhtémoc Cardenas bajó del templete, Andrés Manuel López Obrador también se fue y con él toda la seguridad.
Enojados, los ‘ultras’ empezaron a agredir a los presentes. Un “loco” incluso le aventó una piedra a Fernando Belaunzarán, razón por la que acabó con un descalabro en la cabeza.
Otros manifestantes incluso patearon la puerta de la camioneta de Cárdenas, hasta que pudo abandonar Ciudad Universitaria.
Al final, la propia Universidad Nacional Autónoma de México informó que 18 universitarios resultaron lesionados y tuvieron que ser atendidos por personal médico de la institución.
Eso provocó que el mitin de Cuauhtémoc Cárdenas en CU quedara manchado. “(La UNAM) condena la violencia y la intransigencia mostrada, una vez más, por lo que queda del Consejo General de Huelga y por personas ajenas a la institución”, señaló la institución.