En un contexto marcado por la urgencia de abordar la crisis climática, los bonos verdes emergieron como una herramienta para financiar proyectos para reducir las emisiones contaminantes. Sin embargo, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) advirtió que existen obstáculos para que las aerolíneas alcancen en 2050 la meta de cero emisiones contaminantes, debido a que los bonos verdes enfrentan la pérdida de atractivo de los inversionistas ante menores rendimientos.
Este fenómeno preocupa a las aerolíneas y grupos aeroportuarios en México como OMA, GAP, Viva Aerobus y Volaris, que dependen en buena medida de este tipo de vehículos para financiar la transición hacia los combustibles sostenibles de aviación (SAF), que se producen a partir de residuos como el aceite de cocina o los desechos de la agricultura, lo que contribuye a reducir hasta 60 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero.
La IATA, dirigida por Willie Walsh, advirtió que, desde enero de 2022, los rendimientos de fondos cotizados en bolsa, enfocados en energía verdes han sido negativos, mientras que los de energía tradicional han experimentado un crecimiento robusto.
En México, la industria aérea requerirá al menos 349 millones de litros de combustible SAF para cumplir con los compromisos ambientales asumidos, según Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA).
De acuerdo con la IATA, una de las principales razones por las que ha aumentado el uso de petróleo es el incremento en sus precios en los últimos años, por lo que los inversionistas han apostado por los combustibles contaminantes, en lugar de generar SAF.
Ante dicho escenario, la IATA indicó que, a menos que los gobiernos intervengan apoyando energías renovables para igualar los subsidios gubernamentales a la producción de petróleo y gas, la esperada producción de SAF tendrá dificultades para materializarse.
OMA, GAP, Viva y Volaris se suman
En México, los grupos aeroportuarios han incluido en sus planes maestros de desarrollo algunas iniciativas con miras a cumplir los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU y, han encontrado en la emisión de bonos ‘verdes’ una opción para capitalizar e invertir en obras que permitan cumplir esos objetivos.
En 2022, el Grupo Aeroportuario del Centro Norte (OMA) y el Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) emitieron, en conjunto, algún tipo de deuda, ya sea en bonos verdes o en bonos ligados a la sostenibilidad, por más de 11 mil millones de pesos.
Las aerolíneas, como Viva Aerobus, han hecho también compromisos en materia de uso de combustibles sostenibles de aviación. Desde la segunda mitad de este año, todos los vuelos de la aerolínea desde el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles a Guadalajara, Ciudad de México y Monterrey serán operados con este combustible sostenible (SAF) de Neste, anunció la empresa en marzo.
Volaris, por su parte, como miembro de Indigo, suscribió un acuerdo de inversión por 50 millones de dólares para acelerar la producción de combustible sostenible, a través de la financiación de la startup estadounidense CleanJoule, esto de la mano de otras líneas aéreas del grupo.
En un esfuerzo conjunto por impulsar la sostenibilidad en la aviación, diversas compañías han anunciado iniciativas para avanzar hacia un futuro ecoamigable en el sector.
En Estados Unidos, Microsoft firmó un acuerdo de 10 años con el productor de SAF, World Energy, para adquirir certificados SAF, desplazando cerca de 43.7 millones de galones de combustible de avión convencional con SAF.
Mientras que Honeywell y Embraer han anunciado con éxito las pruebas del motor turbofán HTF7500 de Honeywell en el jet ejecutivo Praetor 600 utilizando 100 por ciento SAF.
En tanto que, Southwest Airlines, por su parte, ha asegurado un acuerdo de compra con USA BioEnergy, LLC por hasta 680 millones de galones de SAF puro durante los próximos 20 años.