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‘Se acabó la fiesta’: el 60% de los salones infantiles quebraron tras un año cerrados

Negocios como Chuck E. Chesse, Cartoon Animaciones, Sipirili y Splash Fun tuvieron que adaptarse para sobrevivir.

A un año de haber suspendido actividades debido a la pandemia de coronavirus, cerca del 60% de los salones de fiestas infantiles quebraron. (Shutterstock)

A un año de haber suspendido actividades para evitar los contagios del coronavirus, cerca del 60 por ciento de los salones de fiestas infantiles quebraron, afectados por la falta de eventos y los reembolsos por cancelaciones, por lo que este Día del Niño, tienen muy poco que celebrar.

La Asociación Mexicana de Salones de Fiestas (Amexsaf) calculó que de los 6 mil salones que tiene afiliados, al menos 3 mil son para niños, de los cuales cerca de mil 800 negocios ‘bajaron la cortina’ ante la imposibilidad de mantenerse un año sin ingresos, por la suspensión de operaciones.

“Los salones infantiles es algo bien complicado, porque los niños tienden a tocar todo, corren, gritan, se agitan y hay mucho contacto, y han sido los más castigados, muchos de los salones ya tuvieron que cerrar y los otros están resistiendo, pero en precarias condiciones”, dijo Rigoberto García, presidente de la Amexsaf.

La cadena de salones de fiestas infantiles Sipirily todavía desconoce cuántas de sus 28 sucursales regresarán a operar, ahora que se les permitió reabrir con restricciones, pero por el momento se enfocan en realizar algunas fiestas en casas por 4 mil pesos, que representan apenas 10 por ciento de los ingresos que tenían por evento antes del COVID.

“Las franquicias no sabemos cuántas podrán regresar, cuando lo hagamos además sabemos que tendrá que ser con menos gente y habrá que mover los costos, paquetes, no se alcanzará a tener los mismos ingresos”, refirió Alexa Castell, directora administrativa de Sipirily.

Hasta el momento la pandemia obligó a las empresas del sector a cerrar algunas sucursales, aunque ninguna marca de franquicia desapareció. Sin embargo, el reto ha sido adaptarse, como lo hizo la cadena de pizzerías con juegos, shows y cumpleaños infantiles, Chuck E. Chesse que ahora envía pizzas a domicilio.

“Chuck E. Chesse en junio pasado en Estados Unidos cayó en quiebra, pero en México se instauró el servicio de eventos de pizza a domicilio y mantuvo con ello algo de sus ventas”, relató Ferenz Feher, director general de la consultora Feher Consulting.

Por su parte, el salón de fiestas Cartoon Animaciones, que apenas se iniciaba en el mundo de la franquicia, planeaba abrir dos nuevas sucursales en Chihuahua y otra en Guadalajara, pero la pandemia pausó sus planes y hoy con esfuerzos mantienen el único salón que tienen haciendo caravanas con botargas.

“Somos un salón con valor agregado porque también tenemos espectáculo con personajes, este con caravana lo hemos llevado hasta los hogares, pero solo nos ha alcanzado para los gastos fijos. Somos uno de los 12 salones de fiestas que subsiste de Chihuahua, éramos 35”, contó Thelma Ramírez, directora de Cartoon Animaciones.

Otros como Splash Fun de Franquicia Máster optaron por reconvertir las nueve sucursales que sobreviven a dark kitchens de sus otras marcas Churrería Porfirio, Bubble Waffle y Sky Rocket Pizza.

“Con la pandemia se nos fueron dos sucursales, Xola y Las Águilas, más por el tema que no hubo acuerdo con los locatarios, pero estamos positivos porque están en puerta Mexicali, Tlalpan, Naucalpan, e Iztacalco”, adelantó José Luis Uberetagoyena, co-fundador del Grupo.

En el camino positivo, la Amexsaf reveló que en diversas entidades las autoridades ya les autorizaron entregar protocolos de operación para analizarlos, y esto podría avanzar, sobre todo en las entidades donde los niños regresen a las clases presenciales.

“Se plantea la posibilidad de usar hisopado de pruebas rápidas, colocar medidores de CO2, esto más las medidas del gel y cubrebocas”, acotó García.

Payasos y Mago Frank sufren estragos

La Unión Mexicana de Artistas Populares (UMAP) que tiene contabilizados más de 4 mil payasos en el área metropolitana, relató que la mayoría de ellos vieron reducidos sus ingresos en al menos un 75 por ciento, mientras que otros optaron por cambiar de giro.

“Muchos payasos dejaron de dar shows y optaron por poner un puesto de verdura, vender botanas, ropa, entraron a alguna empresa. Quienes siguen han ganado menos y trabajado más, las opciones que quedaron fueron semáforos y parques”, declaró el payaso Skatiny, también Ángel Ramírez, miembro de la mesa directiva de la UMAP.

Por su parte, el Mago Frank y su conejo migraron los shows a las salas de Zoom, donde aplicó descuentos de 30 por ciento en las funciones.

“Las ventajas del Zoom es que puedes hacerlo para diferentes entidades desde un punto, como te afecté la pandemia depende de ti, porque puedes cruzarte de brazos, para los niños no hubo ningún cambio, nacieron con las pantallas y yo me tuve que acoplar a hacer así los juegos y el delay, no fue lo mismo que la televisión”, relató Francisco Suárez, mejor conocido como el Mago Frank.

Para las microempresas Viva Piñata Factory y Piñatas Emmy, los pedidos bajaron drásticamente de 30 piñatas mensuales a no más de cuatro, y el costo también a no más de 280 pesos, pues los tamaños de las piñatas han sido menores.

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