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¿Y la diabetes y el COVID? Crece consumo de refrescos de cola en México

Siete de cada 10 litros de refrescos que se venden en México son de cola.

Ni la satanización a las bebidas carbonatadas, ni la advertencia de que la mortalidad de pacientes con COVID es 75 por ciento más alta en personas con obesidad, pudieron convencer a los mexicanos de reducir su consumo de refrescos.

En el primer trimestre de este año, la venta de refrescos creció 1.6 por ciento anual, en comparación con enero, febrero y marzo del 2020, es decir los meses previos a la pandemia del coronavirus.

Lo anterior, significa que la venta de bebidas carbonatadas aumentó, a pesar de que durante el primer trimestre de este año hubo todavía cierres temporales y algunas limitaciones de aforo para acudir a bares, restaurantes, hoteles, teatros, salas de conciertos y cines, que regularmente son puntos importantes de consumo de bebidas.

Se calcula que en promedio al día los mexicanos consumen al menos una lata de refresco.

Incluso, la demanda de refrescos sobrevivió al alza de precios, dado que el año pasado las embotelladoras Coca Cola Femsa (KOF) y Arca Continental incrementaron en alrededor de 4 por ciento el costo de sus refrescos.

“México tuvo un aumento de precios durante la primera parte de abril y finales de marzo, y seguimos viendo que los volúmenes se recuperan también en México. Por lo tanto, seguimos viendo signos alentadores de recuperación”, aseguró en conferencia con analistas John Santa María, CEO de Coca Coca Femsa

Durante el primer trimestre de este año, siete de cada 10 litros de refresco que se vendieron en el país corresponden a la categoría de colas, donde Coca-Cola tiene el 64.8 por ciento de participación de mercado, seguido de Pepsi con 14.9 por ciento, Red Cola con 9.1 por ciento, Coca-Cola de dieta con 5.9 por ciento, y Coca-Cola Zero Azúcar con 2.1 por ciento, revelan datos de Euromonitor.

Refrescos de sabores, con mayor competencia por jugos

Por lo que hace al consumo de refrescos de sabores, la venta reportó una ligera baja, que tendría que ver con la mayor competencia de jugos y aguas saborizadas, que suelen considerarse como productos con menos calorías.

“Los refrescos de sabor lo que han tenido con el tiempo es una mayor competencia con jugos, bebidas que entran de moda como las de sábila, y aquellas que no son gasificadas. Y los consumidores de colas son más leales, inclusive aunque le metas más sabores, tampoco reaccionan al precio”, dijo Marisol Huerta, analista de Ve Por Más.

En el mismo sentido, Julián Fernández, analista de Bursamétrica, refirió que los refrescos de sabor compiten con las aguas saborizadas, que se consideran más ‘saludables’ y regularmente son más económicas, pues por un litro de agua de sabor se pagan entre 5 y 7 pesos y un refresco de sabor de 600 mililitros cuesta cerca de 12 pesos.

“Es más por las presentaciones de agua de sabor en polvo, que son sustitutos más baratos para los de sabores. Estas han crecido mucho en los últimos años. Los de cola son más tradicionales y solo sustituyen entre marcas”, consideró Carlos Hermosillo, analista de consumo independiente.

Le bajan a la botana

A diferencia de los refrescos, en el tema de la botana los mexicanos sí bajaron un poco su consumo.

Sin reuniones, fiestas, escuelas, ni eventos deportivos, la venta de botanas tuvo su peor año en ingresos desde que se tenga registro, con una caída de 2 por ciento en valor y 2.8 por ciento en volumen.

“La falta de fiestas, cantinas y eventos deportivos es donde normalmente justo pones muchas botanas como papas y cacahuates japoneses y sin éstas el segmento se quedó corto, igual por ejemplo los cacahuates en empaques pequeños es algo que se vendía en las tiendas de la escuela”, comentó Marisol Huerta la analista de Ve Por Más.

Por categorías, sin los cines, la venta de palomitas cayó 1.2 por ciento, las papas fritas bajaron 1.6 por ciento, los churritos tuvieron una reducción de 5.7 por ciento, los chicharrones de harina bajaron 10 por ciento, los cacahuates enchilados 14 por ciento y los japoneses tuvieron una caída de 36.8 por ciento.

“Por el tema de la pandemia hubo una reducción en la recolección y producción de cacahuates, lo que puede estar relacionado con estas categorías de enchilados y japoneses”, explicó Julián Fernández analista de Bursamétrica.



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