La intención de regresar al nivel 1 en seguridad aérea antes de la temporada alta de vacaciones invernales será incumplido por el gobierno, quien aceptó que el proceso para remediar los 18 errores faltantes, de 28 iniciales, encontrados por la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos el 25 de mayo se extenderá hasta el primer semestre del siguiente año, de acuerdo el canciller Marcelo Ebrard.
Previamente, el gobierno a través del subsecretario de Transportes, Carlos Morán y del subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, calcularon que a México le tomaría entre cuatro y cinco meses resolver los problemas, con lo que se tenía previsto volver a tener la categoría 1 a más tardar antes de septiembre de este año, sin embargo ahora se aceptó que esto tomará hasta 13 meses.
El Financiero tuvo acceso, a través de solicitudes de transparencia, al ‘Plan de Acción para recuperar la categoría’, que detalla 28 de puntos, de los cuales cinco ya se corrigieron, que tienen que ver con capacitación, verificación de guías, procedimientos, reglas y emisión de leyes y reglamentos de aviación y vigilancia aérea que el gobierno mexicano debe cumplir.
Aunque la degradación se informó el 25 de mayo, el plan de acción para recuperar el nivel de seguridad aérea fue presentado por la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) hasta el 6 de julio.
El ‘Plan de Acción’ identifica 28 deficiencias para subsanar y regresar al primer nivel de seguridad aérea. El 40 por ciento de los errores, es decir, nueve fallas, tenían una fecha de cumplimiento que se extiende por todo diciembre.
Este es el horizonte que se ha trazado la autoridad mexicana, pero los tiempos pueden variar. Una vez concluidas estas medidas en diciembre, el gobierno tendrá que someterse a un nuevo dictamen para que la FAA evalúe si se cumplen los lineamientos en materia de seguridad aérea y, decidir, en el primer semestre del año entrante, si México recuperar el primer nivel en seguridad aérea.
El Plan detalla que los nueve puntos críticos son la capacitación de inspectores de vuelo, entrenamiento básico, recurrente, especializado; la capacitación del personal médico que entrega certificados de competencia a pilotos, sobrecargos y técnicos aeronáuticos, así como el cumplimiento de programas de vigilancia a los centros que expiden certificados de inglés; y el control de vigilancia para las aerolíneas comerciales y para los taxis aéreos.
Incluso, hay dos puntos que ni siquiera tenían una fecha estimada para su cumplimento: el aumento de salario a los inspectores verificadores y la contratación completa de 280 verificadores que aún no se ha logrado cumplir, en buena parte, a las condiciones laborales adversas en el sector y los sueldos que no superan los 15 mil pesos, pese al grado nivel de especialización requerido.
Para finales de noviembre, la AFAC prevé resarcir otras tres deficiencias, que van desde la auditoría, supervisión y control de los procesos de medicina de aviación, realización de exámenes médicos para la obtención de licencias, hasta el cumplimiento de vigilancia en centros de capacitación extranjeros.
En octubre, septiembre y agosto, la autoridad aérea mexicana estimó resolver una deficiencia en cada uno de los meses: modificaciones a la Ley de Aviación Civil, establecer las reglas para transmitir información sobre fallas de fabricación en aeronaves y la publicación de circulares de acuerdo con las reglas internacionales.
En 6 julio, se realizó la presentación del plan de trabajo y se publicó la circular obligatoria que establece regulaciones nacionales de aviación.
Pegará a aerolíneas nacionales
La recuperación de la categoría 1 repercutirá a nivel operativo para las aerolíneas mexicanas que no podrán aumentar sus capacidades de vuelo desde y hacia Estados Unidos, y tendrían una temporada invernal con un crecimiento topado.
René Armas Maes, consultor aeronáutico internacional, remarcó que mientras más tarde México en obtener la primera categoría, mayor será la pérdida de competitividad de las líneas aéreas mexicanas en comparación con las estadounidenses.
“Continuaría la suboptimización de ingresos y una mayor penetración de las aerolíneas estadounidenses incluyendo nuevas frecuencias de las aerolíneas de bajo costo”, señaló Armas Maes.
El especialista indicó que una mayor permanencia en categoría 2 implicaría algunos cambios a nivel accionario de Volaris y Aeroméxico hacia el cierre del año, mientras que, en el caso de Viva Aerobus, su intención de salir a la Bolsa se prolongaría ante la incertidumbre.
Volaris dijo a este diario que “no tienen afectaciones previstas. Como en su momento lo comentamos, nuestra capacidad a Estados Unidos está al máximo, así que podremos cubrir la demanda de viajes sin problemas”.
En tanto, Brian Rodríguez, analista del sector aéreo en Monex Casa de Bolsa, dijo que si perduran las restricciones para operar nuevos vuelos hacia Estados Unidos, las líneas mexicanas perderían una “importante participación de mercado respecto a sus competidores internacionales”.
Aeroméxico declinó dar comentarios y Viva Aerobus no respondió a la solicitud.