La aerolínea Interjet, que dejó de volar hace casi un año en medio de serios problemas financieros, planea retomar operaciones comerciales en 2022 con una flotilla de 10 Airbus SE A320 y posiblemente 10 Let L-410 de manufactura checa.
Iván Romo, a cargo de la restructuración de Interjet luego de la salida de Argoss Partners a mitad de año, declaró a Bloomberg este miércoles que la empresa tiene charlas con cuatro potenciales inversionistas, tres de ellos de Estados Unidos.
“El esquema de financiamiento que se busca en esta fase es un esquema muy complicado, de distressed investing”, dijo Romo, un abogado y socio gerente de la firma SOELI Consulting.
“Estamos visualizando tres tramos de inversión: un primer tramo de cero a 50 millones de dólares —es básicamente un financiamiento reoperativo para poder terminar el tema de restructuración y el primer arranque para el año entrante. Un segundo tramo de cero a 300 millones de dólares, y un tercer tramo de 300 millones a 400 millones de dólares en un periodo de cinco a 10 años”.
Interjet tiene una abultada deuda cercana a 40 mil millones de pesos (mil 800 millones de dólares) que heredaron de la administración anterior, reconoció el nuevo director general de la aerolínea, Luis Federico Bertrand. Los principales adeudos se tienen ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT), con ASA Combustibles y arrendadores de aviones.
Los adeudos fiscales de la empresa podrían alcanzar hasta los 700 millones de dólares en impuestos atrasados.
“El 80% de ese crédito está siendo revisado en un proceso de validación con la autoridad. No tenemos una confirmación específica de cuánto”, aclaró Romo.
La pandemia vino a ‘tirar’ a Interjet
La pandemia golpeó duramente a la industria de viajes y asestó un golpe a Interjet, que arrastraba adeudos y problemas con acreedores previos a la aparición del COVID. Los accionistas de Interjet aprobaron acogerse al proceso de concurso mercantil en México en abril de este año.
Bertrand visualiza el renacimiento de Interjet en tres unidades: una que lleve las rutas comerciales de gran escala que solía atender la aerolínea; otra que maneje rutas regionales cortas desatendidas —como fue el caso de vuelos a Mulejé, Guerrero Negro y Loreto en Baja California hace décadas— y otra que se enfoque exclusivamente en carga.
El ejecutivo buscaría añadir aviones Turbolet para las rutas regionales y firmar nuevos contratos de arrendamiento para los aviones Airbus.
Los aviones de fabricación checa recuerdan la decisión de Interjet en 2013 de comprar una flota de Sukhoi Superjets rusos que trajo serios dolores de cabeza para darles un mantenimiento adecuado. Sukhoi carecía de talleres en América y contaba con Interjet como su único cliente en la región.
Lo mismo ocurriría con el avión Turbolet bimotor de corto alcance hecho por el fabricante checo Aircraft Industries, pero Bertrand afirmó que no tendrían los mismos problemas ya que los “motores son de General Electric y la aviónica de Honeywell”.
La aerolínea también consideraría aviones Cessna Grand Caravan o Pilatus Aircraft para rutas cortas, dijo el ejecutivo.
Otro de los grandes pendientes de Interjet es solventar la situación laboral con sus empleados, quienes llevan meses en huelga y no han recibido pago. Durante sus épocas doradas, la aerolínea tuvo una flotilla de 87 aviones atendida por 5 mil 600 empleados. Para su renacimiento, Bertrand estima iniciar con unos 600 o 700 empleados.
Rivales locales como Volaris, Grupo Aeroméxico y Grupo Viva Aerobus han aprovechado el hueco que Interjet dejó el año pasado. Todos ellos aumentaron y agregaron capacidad a medida que el mercado se recuperó de los peores meses de la pandemia.
Interjet, fundada en 2005 por los herederos de un presidente mexicano, debutó como una aerolínea de bajo costo en un mercado dominado por empresas mucho más grandes. Miguel Alemán Magnani, uno de los fundadores, huyó a Francia en julio cuando México buscaba arrestarlo en relación con un caso de fraude fiscal.
El empresario Alejandro del Valle tomó una participación de 90 por ciento en Interjet en 2020. Él y otros inversionistas dijeron que capitalizarían a la aerolínea con 150 millones de dólares. Del Valle fue detenido por las autoridades en septiembre por cargos de fraude relacionados con su participación como cofirmante de la deuda del prestamista no bancario Crédito Real.
“La empresa es independiente de su dueño”, dijo Gonzalo Alarcón, uno de los abogados de Interjet, durante la entrevista. “Sigue siendo el mayor accionista de la empresa, pero somos independientes de él”.