En promedio, al mes, las funerarias grandes atendieron a entre 351 y 516 servicios, mientras que las medianas reportaron entre 108 y 135, de acuerdo con una encuesta del INEGI que reveló que el coronavirus provocó un cambio en los protocolos de manejo de los cuerpos en el 86.4 por ciento de estos negocios que, a más de dos años de la pandemia, siguen muy vivos.
El costo promedio de un entierro en México asciende a más de 40 mil pesos, de los cuales el transporte del cuerpo, el ataúd, la lápida y el sepulto concentran el 70 por ciento de los gastos, de acuerdo con Statista.
En estos años se crearon 500 cementerios y panteones y, a pesar de eso, hay lugares en varios estados donde ya “no cabe ni un alma”.
Solo en el primer año de la pandemia, en el 2020, las cremaciones tuvieron un alza del 76.8 por ciento.
“El 65 por ciento de los servicios a nivel nacional son cremaciones, hay lugares todavía muy tradicionales donde además que se acostumbra a velar en el domicilio está el sepultarlos. Ciudades como Guadalajara, Monterrey, Morelia, Tijuana, son las que presentan incremento de cremaciones”, compartió Manuel Ramírez, director general de J. García López.
En 2019 en México había 3 mil 615 cementerios y panteones públicos y privados, con el arribo de la pandemia se puso velocidad y para junio del 2020 se agregaron 338 nuevas ubicaciones. De esta forma los datos del INEGI revelan que actualmente hay 4 mil 115 cementerios y panteones, un incremento del 14 por ciento respecto al 2019.
De ese universo, el 10 por ciento son privados, 416 cementerios y panteones, y desde el inicio del COVID solo sumaron 31 nuevos puntos.
“En los diseños de planeación urbana no se le da la relevancia que debería tener, porque siempre se empieza a estructurar con indicadores completamente opuestos a la muerte, siempre cuántas personas en edad productiva hay y así se empiezan a tomar decisiones, y no es muy común que alguien considere los datos de la muerte, pero ya estamos viendo que sí lo es”, comentó Claudio Nieto Rojas, especialista en urbanismo de la Universidad La Salle.
La pandemia ha cobrado más de 330 mil vidas de acuerdo con datos oficiales en México, según el reporte del INEGI.
En Jerez, un pueblo mágico de Zacatecas, Alfredo Marín, director de Obras Públicas en la entidad, reconoció que los cementerios ya reportaban una ocupación completa, y por eso en agosto pasado iniciaron la construcción del nuevo panteón ‘Ángeles Eternos’.
Arrancaron con las primeras cinco gavetas que tendrá dicho lugar, pero sin columbarios para las cenizas, porque no los ingresaron en el presupuesto.
“El hecho de pensar que se iban a morir tantas personas, no se tuvo la oportunidad de pensar dónde instalarlos, pero tiene un concepto más allá en lo geográfico, de hacia dónde llevar la ciudad, porque debemos tomar en cuenta dónde llevar a los cuerpos para evitar contagios u otras situaciones. Son contextos urbanos, geográficos, políticos, económicos que en su momento no se toman en cuenta, porque aunque son personas que ya no viven, siguen en el entorno”, señaló Claudia Román, miembro del Colegio de Urbanistas del Estado de Jalisco.
En esa entidad las autoridades siguen aprendiendo sobre la marcha, hace unos años la temporada de lluvias deslavó un cerro donde había un panteón que se edificó sin hacer algún estudio de suelo, con lo que las lapidas y sus cuerpos quedaron en la intemperie.
“Se necesita revisar la situación geográfica para evitar este tipo de eventos. No en todo tipo de tierra se puede llegar y entrar a las personas, necesitan que no tenga mantos acuíferos, que no sean parte de una cuenca hidrográfica, y no se tiene esa concepción del territorio”, apuntó Román.
A su vez, Nieto alertó que muchos de los municipios no cuentan con instrumentos de planeación urbana que les permita crecer de forma ordenada, y es una necesidad que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) ha buscado impulsar aunque les falta.
Datos del INEGI revelan que solo el 16.7 por ciento de las fosas y tumbas están disponibles, mientras que las zonas metropolitanas más ocupadas fueron Acapulco, Campeche, Chilpancingo, Ciudad Victoria, Mexicali y San Francisco del Rincón.
Siete de 10 funerarias son patito
En México se registran 5 mil 995 funerarias, pero el 70 por ciento de éstas opera en la informalidad, sin certificados de buenas prácticas.
“A consecuencia del COVID-19 empezaron a surgir pseudo funerarias, gente que por rentar un local y meter ataúdes se dijeron funerarios, y creen que el negocio es fácil de llevar. Estimamos que el 70 por ciento operan en la total informalidad, es decir, no cumplen con instalaciones, protocolos, contratos debidamente presentados a Profeco, las carrozas son utilizadas en la mañana a los niños y en la tarde como funeraria”, advirtió el director general de J. García López.
La firma opera cerca de 18 mil servicios anuales, cuenta con 15 hornos de cremación; igual abrieron el servicio para mascotas, del que ofrecen 5 operaciones al día.