En los próximos 10 años, el 40 por ciento de las nuevas medicinas se basarán en las tecnologías de ARN mensajero y en nanopartículas lipídicas (conocidas en inglés como LNP) sostuvo Raymond McCauley, presidente de Biotecnología en Singularity University durante el Foro Game Changers: Innovación para una vida mejor.
De acuerdo con el experto, las empresas ya trabajan de manera activa en estas tecnologías -la ARNm es empleada en las vacunas contra el COVID- para poder tener tratamiento efectivos que permitan no solo prevenir enfermedades respiratorias sino tratar otros padecimientos no infecciosos como la malaria, el cáncer, el Alzheimer o el VIH.
“Esto cambia el juego de la vida humana y el costo para tratar y prevenir algunos padecimientos”, afirmó durante su presentación titulada Coming of Age in the Biotech Century.
Para McCauley los avances han sido claros. Sin la tecnología ARNm el lanzamiento de la vacuna contra el COVID hubieran tardado unos 10 años, afortunadamente, tras obtener el secuenciamiento del ADN se pudo fabricar la primera vacuna que requirió solo nueve meses prueba.
“Esto ya no es solo una vacuna sino una forma de reprogramar el sistema inmunológico para poder hacer un mejor trabajo, las siguientes vacunas de ARNm van a ser mas sorprendentes y vamos a poder ver mas tipos distintos de COVID con todas las variantes pero vamos a hacer cosas que podrian cubrir todos los tipos de gripa”, afirmó.
Asimismo, los avances en el secuenciamiento del ADN o el CRISPR/ CAS9 permitirán acercar este herramienta genética a cada vez más personas, algo que no se podía hacer una década atrás.
“La parte emocionante es que una vez que podamos leer el ADN de verdad vamos a querer empezar a cambiarlo, esta navaja suiza como una herramienta es la CRISPR/ CAS9 en donde se ponen los genes, se puede cambiar una simple base de gen y esto se puede hacer 100 veces más rápido y barato de lo que era hace 10 años incluso”, apuntó McCauley.