La organización Greenpeace acusó este miércoles al gigante textil chino SHEIN de infringir la normativa europea con el uso en sus productos de sustancias químicas peligrosas para la salud y el medioambiente.
Siete de un total de 47 productos textiles de SHEIN analizados (es decir, un 15 por ciento) contienen sustancias químicas en límites superiores a los permitidos a nivel comunitario, señaló un informe encabezado por Greenpeace Alemania y publicado este 23 de noviembre.
Cinco de los productos superaban los límites de concentración de sustancias químicas en más de un 100 por ciento, mientras que quince contenían sustancias a niveles preocupantes, es decir, por encima del 32 por ciento que marca el certificado OEKO TEx.
Los artículos —prendas y calzado para hombres, mujeres, niños y bebés— fueron adquiridos a través de las páginas web de SHEIN en España, Alemania, Austria, Italia y Suiza, así como a través de una tienda en Múnich, al sur de Alemania.
En particular los ftalatos están presentes en niveles muy altos en los zapatos, así como los formaldehídos en las prendas infantiles.
Ello demuestra “la actitud negligente de SHEIN respecto a los riesgos ambientales y la salud humana asociados con el uso de sustancias químicas peligrosas cuando estos entran en conflicto con su propio beneficio económico”, según la ONG.
Estos productos químicos peligrosos constituyen la base de la moda ultrarrápida
de la compañía con sede en Nanjing, de acuerdo con Greenpeace, que denuncia que el gigante textil no solo pone en peligro la salud de los consumidores, sino también la de trabajadores y proveedores de sus fábricas.
”Greenpeace pide a la UE que haga cumplir sus leyes sobre productos químicos peligrosos, que son un requisito básico para lograr una economía textil circular y el fin de la moda rápida, como se establece en la popia Estrategia Textil de la UE”, declaró Celia Ojeda, responsable de biodiversidad de la ONG.
“Las empresas deben producir menos ropa y diseñar ropa de mejor calidad, duradera, reparable y reutilizable, en condiciones dignas para las personas trabajadoras, y asumir la responsabilidad de establecer sistemas y servicios de recogida para mantener, reparar y compartir las prendas”, concluyó.