Ningún decreto presidencial ha bastado ni siquiera la reducción en 15 por ciento de las operaciones en el AICM, para lograr que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) cumpla su objetivo, el mismo por el que, a través de un decreto, fue ordenada su construcción.
En 12 meses, el proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha logrado reducir la saturación del puerto aéreo de la capital, coinciden expertos consultados por El Financiero.
El AIFA, que llega a su primer aniversario con poco más de 1.3 millones de pasajeros movilizados, también ha fracasado en generar un mercado aéreo que pueda ser atractivo para las líneas aéreas nacionales y extranjeras.
El aeropuerto inaugurado el 21 de marzo de 2022 tiene alrededor de 14 mil 500 operaciones acumuladas al mismo mes de 2022, una cifra que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México le cuesta tan solo 12 días en cubrir.
“No hay vuelos, no hay oferta, no funciona; un aeropuerto desierto es un fracaso bajo cualquier visión, para hacerlo funcionar tenemos que generar oferta. Nos hemos ocupado mucho de la infraestructura, pero no tenemos oferta, nuevas aerolíneas o fortalecimiento de las que ya existen”, refiere Rogelio Rodríguez, doctor en derecho aeronáutico, a El Financiero.
Aunque la información estadística del AICM indica una diminución de operaciones y de pasajeros al cierre del año pasado, lo cierto es que dicha disminución no se explica por una hipotética desaturación, sino por el impacto de la pandemia, además de la quiebra de dos líneas aéreas: Aeromar e Interjet.
El factor obras de conectividad
Asimismo, ninguna de las líneas aéreas ha trasladado vuelos del AICM al AIFA, es decir, la oferta que el nuevo aeropuerto tiene es por capacidad adicional de Volaris, Viva Aerobus y Aeroméxico.
“El aeropuerto Felipe Ángeles no está teniendo un movimiento efectivo del mercado, dado que no se han terminado las obras de infraestructura. Eso no le ha permitido ser un atractivo para sustituir las operaciones en el AICM, para que de forma natural se pueda descongestionar”, agregó el experto.
El aeropuerto ubicado en la base aérea militar de Santa Lucía también carece de un plan maestro con metas claras: si bien el plan inicial, diseñado por Aéroports de Paris Ingénerie, contempla una meta de 19.4 millones de pasajeros en la primera fase, que estaría concluida hacia el 2032, el director del AIFA, Isidoro Pastor, ha titubeado y cambiado la cifra meta para el primer año del puerto aéreo.
“No se ha cumplido el objetivo del AIFA, que es la reducción de la saturación porque el nuevo aeropuerto tuvo que haber absorbido, al menos, 10 millones de pasajeros y aproximadamente unas 70 mil operaciones de las que tiene el Benito Juárez. No se ha logrado por falta la incorporación de aerolíneas”, coincidió Fernando Gómez, analista independiente del sector aéreo.
Haber dado el AIFA a los militares está siendo un fracaso
Gómez agregó que el proyecto aeroportuario no solo carece de rentabilidad en el corto plazo, sino que va a continuar con subsidios para su operación. Además, puntualizó, el ‘Felipe Ángeles’ no fue hecho para detonar un nuevo mercado de pasajeros, sino que fue construido por la milicia para aminorar la saturación del ‘Benito Juárez’ y atender la demanda de la ciudad más importante del país.
“El objetivo no era crear un aeropuerto para un nuevo destino, era conectar a la Ciudad de México, que ya tiene un mercado cautivo”, remarca Gómez en entrevista.
Tanto Rodríguez como Gómez son puntuales en señalar que es un fracaso el haber dado el aeropuerto en propiedad a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), así como su administración, para poder generar rentabilidad y garantizar el pago de pensiones militares.
“Debe haber un plan de proyección financiera. En el caso del AIFA no existe. El objetivo de haberle dado la concesión a la empresa Tolteca-Maya-Mexica, el objetivo era generar presupuesto para poder otorgar recursos suficientes para los pensiones militares y si no se logra la rentabilidad, tampoco va a haber esos ingresos”, lamentó Gómez.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) advirtió que incluso las proyecciones del Análisis Costo Beneficio del aeropuerto inaugurado hace un año carecen de sustento técnico que permita revisar su razonabilidad.
“El AIFA no se planeó, no se diseñó ni se construyó, conforme a las reglas que para ello señalan los organismos internacionales. Mucho menos, se planeó, diseñó y construyó, bajo los principios de negocio utilitario y viable”, criticó Pablo Casas, director del Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico Aeronáuticas (INIJA).
En tanto, para Rafael Echevarne, director general de la Asociación Internacional de Aeropuertos (ACI) para Latinoamérica, las estrategias, como el cabotaje, para generar flujo de pasajeros hacia el aeropuerto son debatibles y no deberían ser aprobadas en tanto no haya una reciprocidad en los mercados.