A 15 años de la publicación de la primera Ley General para el Control del Tabaco (LGCT) en México, quedan al menos tres vacíos por atender, se analizó en el EF Meet Point Ley antitabaco 2023: ¿Amenaza a los derechos ciudadanos?
Dicha ley se publicó en el 2008, y desde entonces ha pasado por cuatro actualizaciones.
La realidad es que las instituciones públicas jamás hicieron las inversiones correspondientes para tener un área de fumar (en sus instalaciones); se siguen vendiendo cigarros sueltos; y los cigarros electrónicos y vapeadores llevan en la congeladora 5 años.
“La Ley de Tabaco por ejemplo impide que se vendan cigarros sueltos, y en las afueras de la propia Cofepris te venden el cigarro afuera. Hay cosas de la ley que no están funcionando y a 15 años de distancia de su publicación hay áreas de oportunidad muy grandes”, declaró Éctor Jaime Ramírez, secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.
La venta de cigarros sueltos está dentro del mercado ilegal que hasta el último reporte del Consejo Nacional de la Industria Tabacalera (Conainta), ronda los 13 mil 500 millones de pesos.
Basta recordar en 2008 y 2009, las oficinas, redacciones, universidades y lugares de convivencia como restaurantes, bares y antros ya no podían dejar fumar dentro de sus instalaciones. Sin embargo, tras un sin fin de amparos y hasta traspié en las oficinas públicas se hicieron unos ajustes de palabras en la ley y el reglamento, dando lugar a las áreas de fumar en los restaurantes y centros de consumo que les permitió tener un cupo de 30 por ciento para fumadores, siempre y cuando existieran las inversiones que separaran comensales y asistentes.
“La ley decía que deberán existir zonas exclusivamente para fumar, es decir, se pedía que el Gobierno también invirtiera para un espacio, porque había instituciones como el Tecnológico de Monterrey que tenía un círculo rojo, pero igual se cuartaban derechos. Fue tanta la presión del cabildeo externo que se cambió el ‘deberán’ por ‘podrán’ , y eso significó que nadie los puso, y con este reglamento (actual) se obliga, pero hay que verificar que se está cumpliendo, porque si solo irán a los restaurantes la autoridad sanitaria, que es lo que ha hecho, pues debería verificar también las otras instancias e instalaciones”, expuso el diputado.
AMLO, un ‘obstáculo’ para terapias de reducción de riesgo por tabaco
Señaló que la carga que hoy se tiene en México en el caso de la salud es un tema serio, donde una de las mayores agendas pendientes son los vapeadores y cigarros electrónicos.
“Hemos querido mejorar la ley con terapias de reducción de riesgo, y ahí el Ejecutivo se ha opuesto determinantemente, se conocen ya mecanismos alternativos al tabaco, conocidos comercialmente como vapeadores, un tema que el Ejecutivo ha bloqueado todas las iniciativas en los últimos cinco años”, denunció Ramírez.
Héctor Tejada Shuar, presidente de la Concanaco, consideró que las políticas deben mirar por reducir el número de fumadores y no prohibir causando un daño a la economía.
Juan Núñez Guadarrama, coordinador de coaliciones en Salud Justa, admitió que las medidas impuestas en el nuevo reglamento no solucionarán todo el daño a la salud, y deben estar acompañadas de campañas y programas de información clara que transmitan los daños de consumo de tabaco.