Ante la creciente sobreproducción de la planta del agave y los problemas ambientales que esto ha generado en cinco estados de México, la industria del tequila generó una certificación para asegurar que los productores elaboran la bebida tradicional mexicana sin deforestar o modificar nuevas áreas naturales.
A propósito del Día Internacional del Tequila que se celebró el lunes 24 de julio, el responsable de proyectos de sustentabilidad del Consejo Regulador del Tequila (CRT), Carlos López, dijo en entrevista con EFE que desde 2021 crearon el certificado ARA (Agave Responsable Ambiental), un esquema voluntario para evitar la deforestación por cultivos de agave azul.
“Nosotros certificamos el tequila, pero preocupados porque un productor de agave pueda causar un daño al medio ambiente o pueda meterse en un problema legal al hacer cambio de uso de suelo sin ninguna autorización, es que generamos esta herramienta de ARA”, aseguró.
Este organismo apuesta a la autorregulación de la industria y la buena voluntad de las empresas productoras para evitar invadir zonas naturales y rechazar la compra de agave cultivado en esas circunstancias, por parte de los agricultores.
“Hay una ley federal que tiene que ver con deforestación, adicional a esto la cadena productiva agave-tequila tomó un esquema de autorregulación, hay una herramienta para ver la forma en la que lo puedan realizar, que como agroindustria no voy a consumir agave que haya causado deforestación”, explicó.
Investigaciones científicas y organismos ambientalistas han señalado que la sobreproducción de agave propicia la invasión de ecosistemas claves para el medio ambiente y la mitigación del cambio climático, así como que los agricultores dejen de producir granos básicos como el maíz.
De acuerdo con el CRT, en los cinco estados que ostentan la denominación de origen del tequila hay 413,870 hectáreas de cultivos de agave distribuidas en 173 municipios.
En 2017, hubo 29 millones de plantas disponibles y cinco años después, en 2022, la cifra incrementó a 375 millones de plantas.
López aceptó que en los últimos años los productores de agave han invadido zonas forestales o ecosistemas que ofrecen beneficios ambientales de la mano del aumento en la producción de tequila, que en 30 años creció 526 por ciento.
“En la agricultura en México piensan que pueden hacer limpias de zonas porque no hay pinos o árboles grandes, pero eso también es deforestación, con el desconocimiento de algunos productores, con falta de información para validar, estuvo causando que se hicieran cambios de suelo sin tener autorización de la autoridad competente”, declaró.
López explicó que el CRT trabajó en conjunto con las secretarías de medioambiente de Guanajuato y Jalisco, que cuentan con 88 por ciento del agave azul disponible, para que las empresas tengan acceso a mapas de compatibilidad y sepan si sus cultivos invaden predios agrícolas o en zonas forestales.
Hasta ahora, 800,000 litros de tequila provenientes de seis empresas se han producido con la certificación ARA.
La meta es que para 2027 todo el tequila se elabore con agaves que no hayan causado deforestación, aunque el CRT no hará obligatorio este proceso.