El gobierno tenía la opción de cortar el suministro de turbosina a Transportes Aéreos Regionales (TAR) desde 2022 por impagos, tal como lo hizo con Interjet y Aeromar, sin embargo, a pesar de que la aerolínea queretana acumuló desfases en más de 20 mil facturas entre 2022 y septiembre de 2023, se le permitió seguir operando… y ahora, incluso le renta aviones a la aerolínea del estado, Mexicana de Aviación.
De acuerdo con una auditoría obtenida por El Financiero, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) debió suspender el suministro de combustible a TAR desde el 7 de febrero de 2022, cuando se presentaron tres ciclos consecutivos sin pago en los plazos establecidos.
Las cláusulas contractuales indicaban que ASA podía rescindir el contrato si el cliente incumplía sus obligaciones, como el pago de más de dos remesas, tal como ocurrió con Interjet y Aeromar, las dos empresas que quebraron debido a problemas financieros que incluían el pago de servicios aeroportuarios y de combustible, suministrados por el gobierno a través de ASA.
A diferencia de estas dos aerolíneas, a las cuales se les cortó el suministro de servicios y combustible, TAR, una empresa aérea pequeña con apenas cuatro aviones de más de 24 años, continuó operando.
Esto se debió a que el gobierno no aplicó las cláusulas contractuales y siguió suministrando combustible, incluso cuando los pagos estaban en desfase.
Un noviembre de 2023, el gobierno trasladó un par de aeronaves de TAR a hangares en el norte del país para que estos fueran pintados con identificativos de Mexicana, la paraestatal aérea que opera desde el 26 de diciembre y, de las cuales, nueve rutas son operadas con aviones de la empresa queretana.
Con ello, la empresa renta, desde ese momento, las aeronaves, además de sus respectivas tripulaciones y el certificado de operador aéreo, para que Mexicana pueda volar a la mitad de sus rutas disponibles.