En 2023, el valor de la producción de obras en construcción alcanzó 670 mil millones de pesos, lo que significó un alza de 29 por ciento anual y un récord histórico en valor desde que el INEGI tiene registro en 2006.
“El desempeño del sector estuvo impulsado por el desarrollo de obras prioritarias para el Gobierno como el Tren Maya, el Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y la refinería de Dos Bocas, que se suma a la inversión de desarrolladoras en naves industriales, bodegas industriales, entre otras empresas atraídas por el llamado nearshoring, a lo que se añadió la reconstrucción del puerto de Acapulco, por el paso del huracán Otis
“Ha sido fundamentalmente un aumento en la inversión pública, los proyectos prioritarios del presidente, como el Tren Maya, el Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec y muchas otras obras muy importantes. Por otro lado, la inversión privada se está ya sintiendo en el apetito de las empresas internacionales que quieren asentarse en México por el nearshoring”, dijo en entrevista Francisco Solares, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
Al comparar cifras anuales, las del 2023 en valor de producción de empresas constructoras son las mayores de toda la historia del registro realizado por el INEGI, superando a las de 2018 cuando se observó el mayor repunte con un valor de 491 mil 305 millones de pesos.
Sólo en diciembre de 2023, el valor de la producción en ingeniería civil superó 34 mil 103 millones de pesos, mientras que la obra privada en edificación representó 26 mil 592 millones de pesos.
Ricardo Trejo, director de la consultora Forecastim, dijo a El Financiero que la industria de la construcción se recuperó del golpe que dejó la pandemia, misma que ocasionó el cierre de casi 3 mil empresas constructoras en el país y desaceleró la inversión, principalmente en obra privada como la edificación residencial o de vivienda.
“Parte de la recuperación de la industria de la construcción se debe a la inversión que el gobierno ha hecho en obra pública, y eso ha beneficiado, sobre todo a partir del año pasado. Uno de los grandes retos del sector es una mayor reactivación en la vivienda, que aún no se recupera al 100 por ciento”, dijo.
El directivo destacó que ante las discusiones recientes en materia de vivienda para incluir al Infonavit como un constructor de vivienda social y en renta para reactivar a la industria, la iniciativa del presidente para reformar al Instituto no es la adecuada, pues se deben buscar otros mecanismos para bajar las tasas de los créditos de financiamiento para las constructoras.
“Una manera de incentivar a la industria de la construcción es, por ejemplo regular a las entidades financieras para tener tasas de interés más bajas, ahí hay un tema de regulación financiera, yo creo que ese sería un buen punto para incentivar la construcción, no necesariamente poner al Infonavit a construir nuevamente”, agregó.
Empleo y elecciones, los retos
De acuerdo con los especialistas, para este año 2024 uno de los retos principales que enfrenta la industria de la construcción es la recuperación del empleo, que ha venido creciendo de forma desacelerada, entre otros factores porque el efecto del nearshoring y la falta de obra en vivienda han impactado en la generación de nuevos empleos.
“Uno de los grandes momentos de la recuperación fue en el sector de obra pública y desde luego el de obra industrial o comercial, son los sectores que sí están desarrollando, que sí están creciendo, y es donde más generación de empleo se está dando. El nearshoring ha contribuido a esta actividad constructiva, (mientras) el problema de la poca producción de vivienda arrastra la al empleo”, comentó Trejo.
De acuerdo con la ENEC, el año pasado el personal ocupado en la industria de la construcción fue de más de 6.7 millones de personas, lo cual representa 3 por ciento más que el año pasado, pero la industria se coloca aún 5.7 por ciento por debajo de los 7.1 millones generados en 2019, previo a la pandemia.
Por otro lado, este año electoral, lejos de generar incertidumbre, plantea oportunidades para la industria, pues aún faltan proyectos y obras por concretar.
“Mucho dependerá del ambiente político, sin embargo, estamos seguros de los grandes proyectos que habrán de terminar (Tren Maya, Refinería y el Istmo)”, agregó Solares.
Así mismo, empresas como Cemex, GCC y Holcim, entre otros, principales productores de materiales como cemento y concreto, así como otros fabricantes de agregados como arena, varilla, vidrio, ven con optimismo este año para aumentar su capacidad con las obras del sureste y el nearshoring en el centro y norte, por lo que invertirán 2 mil 125 millones de dólares.
“Observamos una dinámica positiva; la demanda viene de una fuerte actividad a causa del nearshoring, particularmente en el norte del país y luego en los proyectos del sur y sureste, que aún no están terminados, lo que significa que tendremos más actividad”, dijo Fernando González, CEO de Cemex.