La revisión acelerada de los motores Pratt & Whitney, obligó a las aerolíneas mexicanas que los usan a realizar una estrategia de optimización de su flota, reorientado su oferta hacia destinos internacionales y recortando los asientos disponibles en vuelos domésticos, a fin de reducir el impacto para los periodos de revisión que se extienden hasta por 400 días.
Volaris ha sido la empresa que más ha reflejado ese cambio de destinos nacionales hacia internacionales, recortando frecuencias en mercados aéreos en México que estaban en etapa de lanzamiento y reduciendo otros más para incrementar la oferta hacia EU.
“Aceleramos nuestra expansión en Estados Unidos. Por lo tanto, este año tendremos un mayor porcentaje de nuestro negocio en el mercado internacional y reduciremos la capacidad en el mercado interno”, mencionó Holger Blankenstein, vicepresidente ejecutivo de Volaris en llamada con analistas.
Desde junio del año pasado, Volaris ha dejado en tierra un promedio de 16 aeronaves por mes, lo que afecta alrededor de 6.5 por ciento de sus reservas futuras.
Para este año, la aerolínea prevé tener 45 por ciento de su oferta en vuelos internacionales y el resto en el mercado nacional, particularmente en mercados consolidados de alta demanda.
Además, para paliar efectos de la puesta en tierra de aviones, Volaris prevé consolidar ingresos adicionales, que han alcanzado ya 50 por ciento del total de su facturación.
Aunque la aerolínea ha analizado la posibilidad de realizar arrendamiento húmedo,–aeronaves con tripulación incluida, como lo ha hecho Viva Aerobus–, el director de la empresa, Enrique Beltranena, consideró que esto " no era estratégicamente productivo ni rentable”.
La reducción de operaciones de Volaris y Viva Aerobus está, de igual forma, afectando a los puertos aéreos mexicanos.
“El tráfico procedente de EU y Canadá sigue siendo el principal motor de crecimiento, mientras que el tráfico nacional está experimentando los efectos iniciales de los problemas de los motores Pratt & Whitney”, indicó a analistas Adolfo Castro, director del Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR).
Para el Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) la reducción de vuelos de Viva Aerobus y de Volaris tendrá un efecto negativo en su operación, al reducir entre el 3 y el 5 por ciento el tráfico de pasajeros en su red de aeropuertos, debido al aumento en la revisión de motores y a los problemas de P&W para encontrar el reemplazo de las piezas en los frenos de disco que son las partes que necesitan.
Raúl Revuelta, director de GAP, advirtió que la disminución de pasajeros relacionada con la reorganización de flota y oferta de las empresas nacionales provocará la caída en los ingresos aeronáuticos de la empresa entre un 2 y un 4 por ciento, esto en comparación con el nivel registrado durante el año pasado.
“Lo que estamos viendo en todos nuestros aeropuertos y en todos los países es que de alguna manera están trasladando algunas de las operaciones del mercado interno a los mercados internacionales”, remarcó Revuelta.
Castro dijo que Volaris aumentó su factor de ocupación producto de la reorganización de flota hacia Estados Unidos, pero también “ha aumentado sus tarifas. Esto está generando menos cantidad de pasajeros en los casos nacionales”.
No obstante, el director general de ASUR indicó que ese no ha sido el caso para Viva Aerobus, que logró aumentar su oferta promedio y también el tráfico de pasajeros; no obstante, no bastó para cubrir la oferta recortada de Volaris.
El otro reto: el recorte de operaciones en el AICM
Tras sus reportes financieros, las empresas aéreas y aeroportuarias coincidieron en que otro de los retos en el desempeño operativo para este año es la reducción, vigente desde el 8 de enero, del número máximo de vuelos permitidos en el AICM, cuyo límite se fijó en 43 por hora.
Adolfo Castro, director general del grupo aeroportuario ASUR, consideró que esta caída de vuelos perdieron al menos unos 100 mil pasajeros en el primer mes de la medida.
“Solo decir que durante el mes de enero perdimos en términos de tráfico interno desde y hacia la Ciudad de México alrededor de 100 mil pasajeros. Entonces eso tendrá un impacto. Estos 100 mil no están dispuestos a ir a Santa Lucía. Sí, Santa Lucía está creciendo, pero no está absorbiendo a todos estos pasajeros”, refirió Castro.
En tanto, para Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) el efecto ha sido negativo en el tráfico de pasajeros desde y hacia la Ciudad de México, esto por la medida de reducción de slots que ya ha comenzado a registrar una caída de 300 mil pasajeros que salen o llegan al AICM.
“Lo que estamos viendo ahora mismo en los aeropuertos de Grupo Aeroportuario del Pacífico es, seguramente, una disminución en la capacidad y en el número de pasajeros para la ruta que sale del Aeropuerto de la Ciudad de México”, señaló Revuelta.