La industria hotelera de Acapulco incrementará sus tarifas entre 10 y 30 por ciento una vez que las habitaciones afectadas por el paso del huracán Otis queden completamente remodeladas, estimó Leví Williams Manzanares, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Guerrero (AMAV).
Actualmente, Acapulco tiene disponibles 9 mil 500 habitaciones, sin embargo, la Secretaría de Turismo de México (Sectur), estima que en seis meses quedarán listas los 21 mil cuartos que tenían disponibles para albergar a los más de 9 millones de turistas que recibía este destino en promedio antes del huracán Otis.
“En seis meses vamos a tener listas las 21 mil habitaciones, todas completamente remodeladas y renovadas con mejor tecnología y mejores servicios. Esto nos va a permitir tener un aumento en los precios de entre un 10 y 30 por ciento”, dijo el presidente de la AMAV, quien aseguró que desde hace 10 años gran parte de los hoteles se habían dejado de modernizar.
Detalló que, si bien este aumento podría no ser bien visto por los turistas nacionales (que representan el 90 por ciento de las llegadas al destino), en cuanto se den cuenta de que los servicios que van a recibir son de mayor calidad, verán con ‘buenos ojos’ los aumentos.
“La nueva oferta de servicios que se ofrecerá en Acapulco será bien recibida e incluso atraerá a más turistas internacionales, lo que significa que incluso tendremos mayor captación de divisas. Esta reconstrucción probablemente sea una oportunidad para posicionarnos nuevamente como un referente turístico a nivel internacional”, añadió Williams Manzanares en entrevista.
De acuerdo con el propio secretario de Turismo de Acapulco, David Abarca Rodríguez, la meta actual es que 50 por ciento de los turistas que lleguen a este puerto sean internacionales, por lo que las autoridades han arrancado con un agresivo plan en el Aeropuerto Internacional de Acapulco para aperturar el mayor número de rutas aéreas con otros destinos internacionales, como Colombia, Ecuador y Canadá.
Ivonne Rosado Mastache, de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco, afirmó que tanto los hoteles como los restaurantes requieren de incentivos fiscales para que puedan recibir al turismo lo antes posible.
“Necesitamos incentivos fiscales porque las inversiones que estamos haciendo los empresarios para reconstruir Acapulco son enormes. Ojalá que las autoridades reconsideren esta necesidad que tenemos y nos ayuden en esta parte”, dijo.
En tanto, el presidente de la AMAV, aseguró que estos incentivos son necesarios porque los empresarios hoteleros van a tardar hasta tres años en tener utilidades nuevamente por las inversiones que han hecho.
“Cada semana prácticamente se está reabriendo un hotel en Acapulco, está claro que estamos invirtiendo de forma acelerada, pero todos los hoteleros tardaremos un promedio de 3 años en recuperar la inversión por la reconstrucción, así que por ahora no tendremos utilidades en los hoteles y en los restaurantes”, sostuvo Leví Williams.
Ivonne Rosado dijo que hay un problema de falta de mano de obra calificada en el sector de la construcción, lo que ha derivado en un aumento en los costos de reconstrucción, toda vez que a los trabajadores se les está atrayendo con sueldos de 15 o 20 por ciento superiores a la media nacional de la industria de la construcción.
Según datos oficiales, el huracán Otis impactó al 98 por ciento de las viviendas y 80 por ciento de los hoteles en Acapulco, además de 65 por ciento de la costa, equivalente a más de 4 mil 685 hectáreas y daños en 865 kilómetros de carreteras y en más de 2 mil 487 hectáreas tan solo en Acapulco.
“Acapulco tuvo muchos daños graves, si bien el sector de servicios quedará listo en los 6 meses que tanto empresarios como autoridades hemos proyectado, las casas y algunos sitios como parques o escuelas tardarán hasta 4 años en quedar completamente listos”, sostuvo el empresario.
Agregó que la prioridad ahora está siendo el sector de hoteles y restaurantes porque Acapulco obtiene prácticamente todos sus ingresos del turismo, por lo que es primordial reactivar este sector o, de lo contrario, será prácticamente imposible que la zona quede igual o mejor que antes del impacto del huracán Otis.