En las últimas dos décadas, el turismo de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero, es decir de la comunidad LGBT+ se ha consolidado en Puerto Vallarta y, como parte de la expansión de la derrama que producen se ha comenzado a experimentar un gran apetito inmobiliario en dicho destino turístico.
Javier Jiménez, empresario y presidente del Comité Organizador del Pride en Puerto Vallarta, advierte que, en este momento, solo algunas zonas de Polanco en la Ciudad de México y de San Pedro Garza García, en Monterrey tienen un precio más alto por metro cuadrado que el que es ofertado en la ciudad costera jalisciense de Puerto Vallarta.
“Es un boom que se vino a consolidar de 8 a 10 mil dólares en metros cuadrados, el cual es difícil lograrlo, como en Andares, que tienen un precio de 5 mil a 7 mil dólares. El desarrollo de los bienes raíces puede ir para arriba, es parte de toda la derrama que llega de turismo gay”, agrega Jiménez en entrevista.
El turismo de la comunidad LGBT+ tiene una derrama mayor que el turismo tradicional.
En Puerto Vallarta, por ejemplo, la derrama promedio del turismo gay asciende a 31 mil pesos, esto en comparación con los 17 mil del resto de los visitantes.
Puerto Vallarta tiene una de las concentraciones de expatriados estadounidenses más importantes de México y, muchos de ellos, también pertenecen a la comunidad.
La mayor parte de los compradores de bienes raíces en la “Zona Romántica” de Puerto Vallarta son gays, indica Jiménez, quien agrega que los propietarios, además, rentan los inmuebles como estancias vacaciones a la propia comunidad.
De acuerdo con Luis Antonio Villaseñor, director del Fideicomiso de Turismo de Puerto Vallarta, el 40 por ciento de la generación de recursos de dicha actividad económica proviene de visitantes que se identifican con la comunidad LGBT+, lo que representa más de 17 mil millones de pesos anuales.
“Siguen llegando nuevos hoteles, están viendo el potencial de la región”, agregó Villaseñor en entrevista.