De enero a mayo, en México la producción de vivienda nueva cayó 26.8 por ciento, comparado contra el mismo periodo del 2019 cuando iniciaba el primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo con el Registro Único de Vivienda (RUV).
Ante este escenario de menor volumen de inventario producido, principalmente de unidades económica, Vinte, Ruba, Sadasi, Cadu y Ara, entre otros, alistan estrategias para involucrarse en los planes del próximo gobierno y reactivar la construcción residencial para trabajadores de menores ingresos.
En los primeros cinco meses del 2024 se produjeron 50 mil 200 viviendas nuevas, 26.8 por ciento menos que las 68 mil 629 unidades en el mismo periodo de 2019, mientras que, comparado con el año anterior se observa una recuperación del 1 por ciento.
Sergio Leal Aguirre, presidente del consejo de administración de Vinte, señaló que existe un importante reto de financiamiento para la vivienda nueva, sin embargo, estimó que durante el gobierno de la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum se podrían producir hasta 1 millón de unidades en el sexenio.
“México necesita vivienda de 550 mil pesos, sustentable y asequibles, en lugares que cumplan con las reglamentaciones que hay, entonces creo que Vinte pudiera ofrecer este tipo de productos en las comunidades que tenemos”, dijo.
Destacó que, de ser aprobada la propuesta de compra de Javer por parte de Vinte, la desarrolladora atendería zonas industriales como Tijuana, Monterrey, Tamaulipas y la zona aledaña al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), Ciudad de México e Hidalgo.
“Lo importante no es si somos los más grandes o los más chicos, desarrollaríamos casi 16 mil viviendas con una derrama de casi los 15 mil millones de pesos en el año, con inversiones por arriba de los 10 mil millones de pesos y esto hace que pudiéramos lograr ofrecer vivienda que se ha dejado de hacer”, insistió.
La llamada “tramitología” o procesos engorrosos y lentos dentro de las administraciones públicas, así como una regulación excesiva, han ocasionado sobrecostos en las obras de vivienda y retrasos por permisos tardados de hasta dos o tres años en promedio.
Enrique Vainer, director general de Grupo Sadasi, explicó a El Financiero que el impacto por esta sobreregulación administrativa ha pegado directo en el costo financiero de los créditos puente para la construcción hasta en un 15 por ciento. “Son costos ocultos, entonces un mes que se retrasen tus trámites, o dos o tres meses, el costo financiero se puede llevar tu producto de bajo valor”, aseguró.
Agregó que Infonavit, Fovissste y la banca han jugado un papel importante para el financiamiento, y con la propuesta de volver a los dos primeros en constructores podrán contribuir a complementan la oferta de vivienda que hace falta.
“Se ha hablado de complementariedad en temas de construcción y construir en los nichos o lugares donde se nos ha complicado por temas de costo de tierra, regulación, gravámenes y los tiempos. Otra adicional es tener un apoyo directamente a compradores para que quien gana dos salarios mínimos pueda tener acceso a una vivienda”, insistió.
Ruba ‘edifica crecimiento’
Por su parte, la desarrolladora de vivienda Ruba, con presencia en 12 estados del país, ha consolidado su crecimiento año con año y reinvertido hasta 90 por ciento de sus utilidades para nuevos proyectos.
Al respecto, Jesús Sandoval Armenta, director general de Ruba, dijo a El Financiero que la inmobiliaria se siente lista y ve con buenos ojos al nuevo gobierno para apuntalar su crecimiento.
“Nosotros vamos a seguir invirtiendo, México es un país de oportunidades, de escala y vemos que vamos a seguir creciendo en el próximo sexenio”, dijo.
La desarrolladora de vivienda nacida en Ciudad Juárez ha escriturado más de 240 mil viviendas en toda su historia, y confía en que se mantendrán así con el próximo gobierno, aunque destacó que es una estrategia que no se podrá hacer sola para atender el rezago habitacional.
“El dejar al sector mayoritario de menos ingresos sin posibilidades de ejercer una vivienda es el principal reto que tenemos que afrontar, y es un reto tan grande que es insuficiente para que lo pueda hacer solo el sector público o el privado, se requiere la conjunción de esfuerzos para emprender una cruzada a favor de la vivienda de interés social”, concluyó.