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Cancún, el ‘paraíso’ negado para los turistas suramericanos

Viajeros de Colombia, Argentina, Guatemala y Honduras enfrentan detenciones y deportaciones injustificadas.

Estados Unidos y Canadá son los principales emisores de turistas para Cancún, con una participación de 39.3 y 14.8 por ciento, mientras que, Colombia aporta 1.4 por ciento y Argentina el 1.3 por ciento, según datos de la Secretaría de Turismo. [Fotografía. Especial]

El azul turquesa del mar en Cancún, Quintana Roo atrae a millones de turistas del mundo. Para algunos, este destino enclavado en el Caribe mexicano es el paraíso; para otros, se convierte en un viaje imposible debido a los tratos discriminatorios, y deportaciones realizadas al intentar entrar al país por el Aeropuerto Internacional de Cancún.

En el primer cuatrimestre del año se han registrado 10 mil 427 eventos de personas ‘devueltas’, un término utilizado por la autoridad migratoria, lo que significa que en promedio se les niega la entrada a cerca de 90 personas al día. Según cifras del Instituto Nacional de Migración (INM), del total de deportados más de 5 mil 600 corresponden a guatemaltecos; 3 mil 631 a hondureños y 135 a colombianos.

El INM no proporciona datos comparativos para saber si la devolución de viajeros ha aumentado.

Actualmente, Estados Unidos y Canadá son los principales emisores de turistas para Cancún, con una participación de 39.3 y 14.8 por ciento, mientras que, Colombia aporta 1.4 por ciento y Argentina el 1.3 por ciento, según datos de la Secretaría de Turismo.


Daniel Trejo, un colombiano de 24 años, y su amiga, Dalia –los nombres han sido cambiados por seguridad–, les rechazaron la admisión a Cancún, donde pensaban vacacionar seis días.

Los dos colombianos salieron desde el Aeropuerto de Bogotá en el vuelo 437 de Viva Aerobus. Aterrizaron por la mañana en Cancún y su emoción se extinguió cuando tuvieron que enfilarse para pasar el filtro migratorio en el puerto aéreo.

Allí, relatan en entrevista para El Financiero, tuvieron que pasar tres filtros en donde diversos funcionarios de migración les cuestionaron sobre el fin de su viaje a México.

“Pasamos a un segundo filtro, había mucha gente, nos metieron a unos cuartos de revisión, nos quitaron los zapatos, las maletas y los celulares”, dicen los turistas.


Los colombianos mostraron las reservas de hospedaje para un hotel en Playa del Carmen, sus vuelos de regreso y una carta de invitación de un amigo mexicano, que los motivó a vacacionar, y les entregó la misiva para, en caso de ser necesario, mostrarla en migración.

Los turistas tomaron esa previsión debido a las múltiples referencias que tenían de otros colombianos que habían sido deportados desde el aeropuerto de Cancún.

“El policía (migratorio) me preguntaba que a qué venía, si algún coyote me había traído. Le expliqué que íbamos a estar hasta el 26 de junio en México, que íbamos a visitar las pirámides e ir a un tour en Isla Mujeres. Pero, después de unas tres horas, me dijeron que, por esta ocasión no me iban a permitir la entrada”, narra Trejo.

La historia de Dalia fue similar, solo que los agentes los dividieron durante el interrogatorio, por lo que no pudieron comunicarse hasta 12 horas después de llegar a México.

Los turistas colombianos son los viajeros de suramérica que más llegan a Cancún por vía aérea; no obstante, los controles migratorios se han endurecido en los últimos años, al grado que se ha abierto un sistema de prerregistro para ‘facilitar’ el proceso de entrada a México.

En la mañana del viernes 21 de junio, los agentes migratorios ingresaron a Trejo en una celda en la que había otros viajeros de suramérica.

Allí fue recluido, sin comunicación, hasta alrededor de las 9 de la noche. “Nos encerraron, se escuchaba que estaba lloviendo, había agujeros en el techo y unas trabajadoras se metieron a trapear. Solo ellas nos calmaron y dijeron que no nos preocupáramos, que nos iban a regresar a nuestro país”, agrega el ciudadano colombiano.

De acuerdo al procedimiento, las personas que son inadmitidas deben esperar en un espacio asignado por la administración aeroportuaria para abordar su vuelo de regreso a su país, en ese lapso la aerolínea es responsable de la alimentación.

A los migrantes colombianos que fueron inadmitidos el viernes pasado nadie les dio agua ni alimentos.

“Había más colombianos y personas que llevaban cuatro días allí, encerrados. Los que viajaron con Avianca sí recibieron comida. Nosotros, que viajamos con Viva Aerobus, no recibimos nada”, mencionó.

Incluso, los colombianos tuvieron que comprar alimentos a bordo en el vuelo de regreso a su país.

Camila Suárez, una residente en México de nacionalidad argentina, también estuvo encerrada, bajo interrogatorio, al menos cuatro horas el mismo día en el que los turistas colombianos fueron admitidos.

Pese a que ella cuenta con un permiso de residencia, los agentes de migración la dejaron ingresar al país hasta después de un amplio interrogatorio.

Suárez relata que algunos de los suramericanos que llegaron el viernes a Cancún fueron retenidos y luego regresados a sus países.

“Unos amigos venían a verme. No los dejaron entrar y los retuvieron hasta que los hicieron volverse en el siguiente vuelo”, agrega la residente en México.

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