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Clave no estaba en reducir las operaciones; se puede aumentar capacidad: director del AICM

El gobierno recortó en dos ocasiones las operaciones de sus terminales; la primera pasó a 52 y la segunda a 43

En el AICM se ha diseñado un programa de flujos de vuelo de salida y llegada, en los que se sigue en tiempo real el estado de un vuelo, lo cual permite administrar los flujos aéreos y evitar demoras y vuelos ilegales. [Fotografía. Luisa Flores]

El director general del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), el contralmirante José Rivera Parga, es claro: la solución no está en reducir las operaciones del principal aeropuerto del país, como se ordenó desde la Presidencia, sino en eficientar la complicada red de procesos en el que sigue siendo el principal aeropuerto del país y que tiene capacidad para aumentar sus operaciones.

“Originalmente se habla mucho del congestionamiento, desde mi perspectiva-sí se disminuyeron las operaciones- pero la clave no estaba en disminuir las operaciones, estaba en la coordinación, en hacerla más eficiente”, remarca el marino que dirige el aeropuerto ‘Benito Juárez’ desde hace casi medio año.

En entrevista exclusiva, Rivera Parga conduce un recorrido para El Financiero por las instalaciones aeroportuarias para presentar las mejoras y los retos que tiene el AICM.

Ahora, las posiciones de la terminal 1, es decir, a donde llegan y parten las aeronaves, han comenzado a estar desocupadas por algunos momentos del día, una situación que está ocasionada por el recorte, pero que no es totalmente benéfico para el aeropuerto y sus finanzas. Espacios sin ocupar significan una posición que no genera recursos.


En cerca de un año, el AICM pasó de tener un máximo permitido de 61 vuelos por hora a solo 43. Al margen de esta medida, lo que funcionado para el aeropuerto es la coordinación entre los diferentes actores-aerolíneas, autoridad y aeropuerto- y un nuevo sistema de gestión de vuelos que dio como resultado que el ‘Benito Juárez’ sea el sexto más puntual del mundo durante julio según la consultora Cirium.

“Sí, considero que se puede crecer la capacidad. En un mundo desorganizado como estábamos antes no se podía aprovechar esa capacidad que tiene (el AICM): considero que sí se puede aumentar, pero no depende de nosotros. Allí están los números”, agrega Rivera Parga mientras señala los espacios vacíos en las posiciones del aeropuerto que típicamente estaban ocupadas desde las 6 de la mañana y hasta después de las 10 de la noche antes del recorte.

A través de mandatos presidenciales y estudios realizados a modo, el gobierno federal recortó en dos ocasiones las operaciones: con la primera, el número máximo pasó a 52, reducción que no funcionó y la segunda a 43, que ahora ha mostrado que el aeropuerto puede alojar más vuelos.

“El mismo aeropuerto se vería beneficiado si se incrementan las capacidades, que la autoridad y quien corresponda lo evalúe, pero estamos en un parámetro mucho más claro para que puedan ver la capacidad que tiene el aeropuerto y con esto, yo considero que tenemos mayor capacidad”, remarca el director general del AICM.


La claridad ha venido del orden. Antes, las aerolíneas operaban fuera del horario asignado, es decir, no respetaban los slots y alteraban la delicada red de planeación aeronáutica en un puerto aéreo saturado. Ahora, se ha diseñado un programa de flujos de vuelo de salida y llegada, en los que se sigue en tiempo real el estado de un vuelo, lo cual permite administrar los flujos aéreos y evitar demoras y vuelos ilegales.

“El vuelo no va a salir hasta que comprueben que tienen un slot autorizado, controlamos salidas, es un gran avance, cuando hay un vuelo que está en demora, la aerolínea se comunica, les decimos en qué podemos ayudarle”, explica el capitán Héctor Cortés, coordinador del Centro de Colaboración Aeroportuaria (CCA) del AICM, un espacio creado por la Marina para monitorear los vuelos en tiempo real.

Por otro lado, la inclusión de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en el CCA ha permitido que haya una mayor eficiencia y consecuencias para las aerolíneas que no cumplan con los horarios establecidos: ambas autoridades monitorean los vuelos para sancionar a las empresas que despegan a destiempo y, en su caso, retirar los derechos sobre slots históricos.

Confort y entrega de equipajes, los retos

La comodidad de los pasajeros y el tiempo de entrega de equipajes continúan siendo retos para la administración del puerto aéreo, reconoce el director general del AICM.

Rivera Parga señala que, si bien las aerolíneas son las encargadas de garantizar el procesamiento del equipaje, el aeropuerto está buscando que las empresas contratadas para brindar este servicio lo hagan con prontitud. En caso contrario, el AICM expulsará a las empresas, aunque sean internacionales, que no cumplan con los estándares.

“Ya les dejamos en claro que, si no dan los estándares de entrega de equipaje, algunas de esas empresas que son de nivel internacional, les vamos a dar las gracias simplemente negándoles el acceso a la zona federal”; advierte el director del AICM.

Para mejorar el procesamiento de equipajes en la zona internacional de la terminal 2, el aeropuerto colocará una banda adicional para la entrega de maletas.

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