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Anfitriones de hospedaje rechazan ser la causa de la gentrificación

El análisis del gobierno de la capital, incluido en los argumentos para reformar la ley,

La segunda reforma tendrá un efecto generalizado pues se proyecta que solo se podrán rentar los espacios en la CDMX la mitad del año.

Los anfitriones de estancias cortas que ofrecen sus servicios a través de plataforma como Airbnb en la CDMX rechazaron ser los causantes del alza en los precios de las rentas de algunas zonas, de la gentrificación (fenómeno de movilidad que implica el desplazamiento de su población original por una de mayor poder adquisitivo) y solicitaron pausar las reformas a la Ley de Turismo que afectarán sus medios de subsistencia.

Ángel Torres, fundador del colectivo ‘Todos somos anfitriones’, aseguró que si se avanza con la reforma que reducirá a la mitad el número de noches máximas a ofertar en plataformas como Airbnb, él y un grupo de 10 colaboradores se quedarán prácticamente sin ingresos.

“La reforma agudiza la crisis que plantea resolver: los retos que tiene la ciudad no son responsabilidad directa de nosotros, solo somos profesionistas que hemos encontrado aquí nuestro sustento íntegro”, refirió el guía de turistas y sociólogo.

El gobierno de la CDMX impulsó, en los últimos meses, un par de cambios sustanciales a la legislación que regula la renta de corta estancia bajo modelos como Airbnb: primero, fijó un máximo de tres inmuebles por cada anfitrión, una medida que no afecta de forma generalizada a los arrendatarios, debido a que se estima que el 80 por ciento de ellos tienen una sola propiedad en renta.


La segunda reforma tendrá un efecto generalizado pues se proyecta que solo se podrán rentar los espacios en la CDMX la mitad del año.

“Los tiempos son inciertos, no sé qué es lo que va a pasar, esa es una de las demandas, necesitamos respuestas, ni siquiera las personas que idearon la iniciativa saben qué va a pasar”, agregó Torres, que fundó el colectivo que ya cuenta con más de 450 anfitriones de la CDMX.

El análisis del gobierno de la capital, incluido en los argumentos para reformar la ley, estima que la renta de corta estancia ha propiciado el aumento de los precios de las rentas de larga duración y la escasez de vivienda en la CDMX.

De acuerdo con el Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda (SNIIV), en la Ciudad de México hay 3 millones de viviendas, de las cuales, 2.7 millones están habitadas y el resto, alrededor del 10 por ciento, se encuentran vacías.

El gobierno reporta, en el último censo de 2020, que poco más de 70 mil viviendas están ocupadas temporalmente.

Cifras de plataformas como AirDNA, que calculan los espacios de rentas de corta estancia en diferentes partes del mundo, reportan que hay 20 mil anuncios de plataformas como Airbnb. Es decir, las propiedades en renta de corta estancia representan apenas el 0.6 por ciento del número total de viviendas que hay en la CDMX.

Farid Zablah, otro anfitrión, detalló que encontró en la renta de corta estancia una forma de obtener ingresos tras la debacle económica de la pandemia, por lo que la reforma implicaría que se quedara, prácticamente, sin ingresos.

Asimismo, Zablah, que tiene un par de inmuebles en renta corta actualmente, asegura que detrás de la regulación de las plataformas de corta estancia está la industria hotelera, quien ha cabildeado para que se regulen las plataformas.

“Las personas deberían elegir en dónde quieren hospedarse”, refirió.

Airbnb informó que la restricción al 50 por ciento de las noches al año para ofrecer el servicio de estancia turística, podría generar un aumento en los precios del hospedaje tradicional y en la renta a largo plazo, como ocurrió en Nueva York.

“Está probado que las regulaciones que buscan limitar las estancias cortas en diversas ciudades del mundo no han sido exitosas para disminuir las rentas”, comunicó Airbnb.

El colectivo ‘Todos somos anfitriones’ pide que se realice una pausa a los cambios y se tomen en cuentan sus propuestas, además que la regulación sea progresiva y ponga en el centro el desarrollo de una ciudad turística, como lo aseguró la ahora presidenta Claudia Sheinbaum cuando apoyó un convenio entre Airbnb y la UNESCO, con el objetivo de promover a la capital como un “centro global para trabajadores remotos y capital del turismo creativo en América Latina”.

Airbnb aseguró que los principales afectados con los cambios en la legislación serán los anfitriones.

“Las mesas de diálogo con las autoridades son un vehículo necesario para que sean tomados en cuenta los derechos e intereses legítimos de anfitriones y emprendedores locales, al tiempo que se promueve el bienestar de las comunidades y de todo el ecosistema turístico”, informó Airbnb México.

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