A lo largo de la historia diversos emprendedores han tomado las crisis como áreas de oportunidad para vender alguna idea o colocar sus productos en el mercado; muchos podrían ver en la pandemia de COVID-19 el peor escenario para lanzar un producto, pero Casa Lumbre se aventura a tener el primer whisky con la verdadera alma de México: Abasolo.
Hace seis años Iván Saldaña junto con diversos socios de Casa Lumbre buscaron contar la historia de nuestra tierra al mezclar los procesos prehispánicos del maíz con la elaboración de whisky.
"Buscábamos transmitir el patrimonio biológico, cultural y sensorial que hay en México hacia los espirituosos", comenta Iván Saldaña, "de las distintas variedades que estudié, lo que descubrí fue que el cacahuazintle es un maíz que tiene características muy interesantes para volverse whisky: no tiene muchas grasas, tiene muchas proteínas, almidón y un sabor excepcional".
Las variedades ancestrales criollas del maíz mexicano tienen un gran potencial en la industria de destilados; para ello Saldaña realizó distintos experimentos hasta dar con el maíz cacahuazintle, mismo que crece arriba de los 2 mil metros de altura sobre el nivel del mar y que se produce en los valles alrededor del Nevado de Toluca.
"Producimos junto con familias que están en el municipio de Calimaya, en las faldas del Nevado de Toluca, mismas que se han dedicado por generaciones a la siembra del maíz cacahuazintle. Estamos buscando que conserven esa tradición en vez de optar por maíces industriales", asegura Saldaña.
Casi cualquier producto agrícola que ha sido industrializado tiene a genetistas, fisiólogos, junto con empresas dedicadas a maximizar el rendimiento, pero sacrificando la esencia del producto; mientras que los maíces ancestrales mexicanos conservan su sabor.
"El hecho de irnos por un maíz mexicano nos ha permitido encontrar un producto propio, algo con un sabor que es muchísimo más interesante que el sabor que se puede hallar en los maíces industrializados", comenta Iván Saldaña.
Cerca de 50 toneladas de maíz son procesadas al estilo tradicional: nixtamalizando. Se cuece el grano para luego ser convertido en masa de la cual se elabora el destilado, muy distinto al proceso tradicional del whisky.
"Nuestro whisky hace una integración muy especial entre ese sabor del cacahuazintle nixtamalizado con la estructura que le da el añejamiento de dos años en barricas de madera; nos encantó el añejamiento de 2 años porque verdaderamente permite que el sabor del maíz luzca y no que la madera sea el elemento primordial", agrega Iván Saldaña.
Para Casa Lumbre arrancarle el alma al maíz y llevarlo a una botella de whisky representaba alejarse de la mayoría de los whiskies del mundo, los cuales han tomado los sabores y formas de producción de Escocia, Irlanda, así como Estados Unidos.
"De fondo no hay algo que los distinga de verdad de las otras expresiones que se han producido de whiskies", asegura Saldaña, "nosotros pensamos en hacer un whisky que no sepa a algo que se conozca hasta ahora y que transmita el sabor de México. Nos inspiramos en el maíz, no en otros whiskies".
Frente a la crisis, emprender y ayudar
El reto más grande de esta compañía mexicana radica en que estrenaron Abasolo en medio de la crisis sanitaria por el COVID-19, con bares y restaurantes cerrados, los sitios donde su producto podría darse a conocer.
"En vez de lamentarnos, habría que lanzarnos a presentar nuestro producto y más bien contribuir, salir adelante con el lanzamiento", menciona Saldaña, "vamos a donar las ganancias de lo que podamos vender a los bartenders, restaurantes y la gente que nos atiende en los lugares porque ellos son los que permiten que marcas como Abasolo sean exitosas".
Para ello desde el 1 de abril y hasta el 1 de agosto Casa Lumbre decidió apoyar a la comunidad restaurantera en México y Estados Unidos al donar las ganancias obtenidas de la venta de Abasolo.
"La gente en esta pandemia va a escoger mejor qué tomar, el consumo probablemente se vaya a quedar en casa y para nosotros es importante presentarle a las personas a Abasolo para que no solo lo pueda consumir en los bares sino conseguirlo en las licorerías", agrega Iván Saldaña.
La botella de whisky Abasolo cuesta poco más de 600 pesos y se recomienda probarlo derecho con un par de hielos, al estilo old fashion o se puede servir con agua mineral y una gota de limón como un whisky soda.
"Funciona muy bien con chocolates, con postres, se acompaña muy bien con carne roja, vas tomando tu old fashion y jala muy bien", finaliza Iván Saldaña.