El futuro de la televisión pública en México es poco alentador, debido a sus escasas fuentes de financiamiento, los candados para monetizar los espacios publicitarios y un modelo de negocio que destina 90 por ciento de su presupuesto al pago de salarios.
En opinión de los expertos, la puesta en marcha de una nueva cadena de TV pública enfrentará los mismos problemas que las radiodifusoras que son operadas por el Estado en el país, pues las modificaciones a las leyes del sector no contemplan incentivos.
"Para mejorar la calidad y contenido de los programas producidos y/o adquiridos por los medios públicos necesitamos comercializar nuestros espacios en condiciones semejantes a las de los operadores privados", dijo Juan Octavio Pavón, presidente de la Red de Radiodifusoras de TV Educativas y Culturales (La Red).
El organismo ha propuesto al gobierno comercializar tiempo aire hasta en un 50 por ciento del permitido a los concesionarios comerciales para poder financiar la mejora de productos en beneficio de las audiencias.
Actualmente, entre 90 y 95 por ciento del presupuesto de las cadenas de TV pública se destinan al pago de nómina y el resto a la operación.
La modificación más reciente para el sector vino por parte de la comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado de la República, que preside Javier Lozano, en la que se establece un candado para que la nueva cadena de TV pública pueda entrar al mercado de la publicidad en el país.
La TV pública en México se integra por 32 emisoras públicas, de las que 24 pertenecen a gobiernos locales de entidades estatales. Cuatro tienen un carácter federal y son operadas desde la Ciudad de México por el Organismo Público de Medios Audiovisuales (OPMA) y cuatro más dependen de universidades públicas.
"Lo que puede suceder es que tengamos una programación muy oficialista", comentó Gabriel Sosa Plata, experto de la industria.
A decir de Clara Luz Álvarez, analista del sector, la iniciativa que el Ejecutivo federal envió al Legislativo "ignora y omite reflejar los principios que garanticen la existencia de verdaderos medios públicos, con independencia editorial y autonomía de gestión financiera".
En contraste con lo que sucede en México, en el extranjero hay casos exitosos como el de la BBC, de Inglaterra; y los canales alemanes ARD1 y ZDF. Y es que a pesar de la competencia de la TV privada y el internet, dichos medios no sólo generan ganancias, sino que se mantienen como líderes de audiencia en sus países y hasta exportan contenidos a otros países.
El modelo de financiamiento de estas cadenas está basado en cuotas que los dueños de aparatos televisores pagan mensualmente a cambio de los servicios que ofrecen.
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